Los seis días de libertad ya han terminado para Iñaki Urdangarin. El marido de la infanta Cristina ya va de camino a la cárcel de Brieva en compañía de su inseparable mujer, oculta tras unas gafas de sol oscuras.
Tal y como hiciera en su primer permiso penitenciario el pasado mes de diciembre, el ex duque de Palma elegía Vitoria para disfrutar del cariño y la buena energía de toda su familia. Sin embargo, han dejado a un lado la exposición mediática para dar paso a unos días de tranquilidad, paseos, misas y comidas entre amigos.
Durante el fin de semana, permanecieron recluidos en el domicilio familiar, donde Iñaki fue recibiendo decenas de visitas de sus hermanos y amigos más íntimos. La mañana del domingo el matrimonio abandona la casa para acudir a una misa en el santuario de Nuestra Señora de Oro. Pero aprovechando el buen tiempo, a principios de semana salieron hacer una excursión a Tudela donde disfrutaron de una comida en familia junto a sus hijos pequeños: Miguel e Irene, que se encontraban de vacaciones.
Lamentablemente, esos días de felicidad ya son cosa del pasado e Iñaki regresa a prisión con las pilas cargadas y solo pensando en el Tercer Grado que pudiera estar muy cerca. El ex duque de Palma ha sido fotografiado al volante de su coche mientras abandonaba la residencia de su familia en Vitoria. En el copiloto, la infanta Cristina, con gesto alegre, después de haber gozado de la compañía de su marido durante seis días. Ambos con gafas de sol, ha llamado la atención que Iñaki lucía el polo verde correspondiente a su uniforme en el hogar Don Orione.
Aunque el pasado 23 de enero la junta de tratamiento de Brieva le denegó el tercer grado que había solicitado, su abogado ha recurrido a la resolución. Su deseo en conseguir cuanto antes una situación de semilibertad, en la que solo tendría que ir a dormir a prisión.