Con apenas 7 años, la princesa Charlotte se enfrentó el pasado lunes a uno de los trances más duros de su vida: decir adiós a su bisabuela. Acompañada de su hermano, el príncipe George, y sus padres, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, la pequeña protagonizó algunas de las imágenes de la jornada al no poder contener las lágrimas en un día tan emotivo. Una aparición en la que, al igual que su madre, quiso rendir un bonito homenaje a Isabel II.
Vestida completamente de negro, la princesa Charlotte lució por primera vez una joya en pública. En concreto, la pequeña llevó un pequeño broche en forma de herradura con un emotivo significado, ya que se trata de un regalo que su bisabuela le hizo y que simbolizaba su gran pasión por los caballos.
Además, el broche tiene una gran historia detrás, ya que perteneció a la reina madre, la tatarabuela de la princesa Charlotte, quien a su vez lo habría recibido de su suegra, la reina María de Teck, en la década de 1920. De hecho, la esposa del rey Jorge VI aparece con ella puesta en un retrato tomado en 1929.
Se trata, por lo tanto, de una joya que tenía un gran valor sentimental para Isabel II, quien quiso regalársela a Charlotte, con quien compartía su gran pasión por los caballos. De hecho, la propia Kate Middleton ha reconocido en más de una ocasión en público que su hija había heredado el amor de la soberana por estos animales.
Un gesto con el que la princesa Charlotte siguió los pasos de su madre, Kate Middleton, y de Camilla de Cornualles, quienes también quisieron rendir homenaje a la reina Isabel II en su último adiós a través de las joyas. Todo en un acto que se convirtió en uno de los momentos más difíciles a los que ha tenido que hacer frente a su corta.