No pudieron contener la tristeza. En algunos momentos de la gran despedida a la reina Isabel II, sus bisnietos presentes en el funeral se rompieron. Los príncipes George, de 9 años, y Charlotte, de 7, se enfrentaban a uno de los trances más duros. Decir adiós a su bisabuela, en mitad de una ceremonia del calibre que supuso el último adiós a una de las reinas más longevas de la historia, fue tal vez demasiado para los hijos del príncipe Guillermo y Kate Middleton. Los pequeños acabaron derramando alguna lágrima y protagonizando uno de los momentos más emotivos del día.

No fueron todos lloros, eso sí. Los pequeños se alegraron mucho al ver a su tío, el príncipe Harry. También a Meghan Markle, tal y como recogían las crónicas británicas del funeral de Estado por Isabel II. El buen entendimiento de los pequeños con los duques de Sussex quedó más que patente a lo largo de las varias horas que duraron las exequias por la monarca.