Clarence House, el hogar del príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles, se ha teñido de tristeza y dolor estos días. La duquesa de Cornualles ha recibido las peores noticias familiares: la semana pasada era hallado el cuerpo sin vida de Charles Villiers, un primo lejano. El aristócrata se alojaba en el Hotel Durrants, situado en el barrio de Marylebone, en Londres. Una de las empleadas del establecimiento daba la alarma después de encontrarlo sin vida. Las últimas informaciones publicadas por The Times apuntan a que Charles Villiers, en una situación personal y económica delicada desde hacía años, se habría visto sin salida y habría decidido suicidarse.
El primo de Camilla Parker se enfrentaba desde hacía ocho años a una difícil batalla legal con su exmujer, Emma Villiers. Un proceso de divorcio de desgaste que les había llevado a litigar en los tribunales escoceses e ingleses desde 2014, dos años después de que se rompiera su matrimonio. La separación amenazaba con prolongarse más en el tiempo y Charles Villiers ha muerto sin que se haya resuelto la causa.
Charles Villiers, primo de Camilla Parker, hallado sin vida en un hotel de Londres
De hecho, los reveses que había recibido durante el costoso proceso le habrían llevado a una delicada situación económica, haciendo mella en su salud mental. Charles pidió que las cuestiones económicas las llevara un tribunal escocés, pero el Tribunal Supremo dictaminó que Emma Villiers podía solicitar la pensión de manutención en Inglaterra, en una decisión histórica que fue totalmente en contra de Charles, que vio como su cuenta bancaria se ponía en números rojos. En 2015, su mansión en Milton House fue embargada, y el año pasado el Tribunal Superior dictaminó que el primo de la duquesa de Cornualles estaba tan endeudado que le eximía a pagar la pensión a su exmujer. Los enormes costes de un proceso de ocho años acabaron llevándolo a la bancarrota y, según el mismo rotativo, le habrían causado "daños psicológicos". También para Emma Villiers, aunque no estando conforme con la decisión del juez, la apeló.
Arruinado y ahogado por las deudas, Charles Villiers se habría visto obligado a pedir ayuda a algunos amigos, para aliviar la situación. Si bien había manifestado en su círculo de confianza que tenía intención de ingresar en una clínica, finalmente reservó una habitación en el Hotel Durrants y se quitó la vida.