Los grandes amores de Paloma Rocasolano: del divorcio de su primer marido al hombre que le ha devuelto la ilusión

La madre de la reina Letizia, separada de Jesús Ortiz desde 1999, volvió a creer en el amor cuando apareció en su vida un empresario británico

Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Actualizado a 8 de septiembre de 2024, 12:28

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El 2024 está siendo un año un tanto convulso para la reina Letizia dentro y fuera de Zarzuela. Al escándalo por la supuesta relación que mantuvo con su excuñado se sumaron los rumores de crisis matrimonial y el síndrome del nido vacío que apareció cuando sus dos hijas se fueron de casa. Aunque la sensación de soledad no es nueva para la consorte, que nunca se entendió del todo bien con los miembros de su familia política y apenas mantiene contacto con los de la biológica. Una de las pocas personas con las que jamás ha roto su vínculo es Paloma Rocasolano (72 años), su madre y el mejor hombro en el que puede apoyarse sin miedo a ser traicionada. No en vano, la enfermera solía pasar bastante tiempo en la casa de su hija en el Palacio de la Zarzuela, donde a menudo cuidaba de sus nietas la princesa Leonor y la infanta Sofía.

Hija de un taxista, Paloma trabajó como enfermera en Oviedo, donde comenzó su militancia sindical y, durante la primera mitad de los años setenta, tuvo a sus tres hijas (Letizia, Telma y Érika) junto al periodista Jesús Ortiz (74 años), con el que en un momento dado se mudó a Madrid por motivos laborales. Según el abogado David Rocasolano, primo de la reina, en su libro 'Adiós, princesa', Chus, como algunos llaman al padre de la consorte, abandonó la emisora de Oviedo en la que trabajaba "dando el portazo por disensiones con la dirección de la cadena", y al llegar a la capital española, lejos de conseguir un puesto como reportero en cualquier emisora, como deseaba, se convirtió en "un profesor de máster de periodismo o en un gestor de empresa que apenas ganaba para mantener a su familia. Hasta que Paloma no consiguió el traslado a Madrid, y el abuelo Paco les prestó los cinco millones de pesetas con los que cubrieron la entrada del chalé de Vaciamadrid, en la calle Río Guadarrama número 23, Chus tenía bastantes motivos como para sentirse un fracasado en el aspecto profesional".

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David aseguró en el mismo ensayo que sus abuelos Paco y Kety nunca tragaron mucho a 'Chus', y que cuando Paloma y él se enamoraron, los susodichos "se opusieron con todas sus fuerzas a la boda". Para el matrimonio, Jesús Ortiz era solamente un "chico con guitarra sin oficio ni beneficio". Y detallan que en el acta matrimonial figuraba como profesión la de estudiante. 

En su opinión, Jesús "cayó en desgracia" el día de 1998 en que doña Letizia celebró su boda con el escritor y profesor Alonso Guerrero. "En el banquete me enteré de que Chus había esperado a que su hija se casara para anunciarnos su decisión de separarse de Paloma [...] La ferocidad pueril con la que Telma y Letizia se arrojaron sobre su padre cuando anunció que quería el divorcio fue impropia de unas mujeres cercanas a la treintena". Escenas dramáticas aparte, Jesús presentó la demanda de separación a principios de 1999 en un juzgado de Arganda, el mismo donde Letizia y Alonso presentarían la suya solo un año más tarde... 

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La dolorosa separación de Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz

Dicen que, en los primeros compases del proceso de duelo por su separación, Paloma solía acudir a casa de David a restañar sus heridas sentimentales. "No acababa de comprender por qué Chus la había abandonado". Según él, la separación de sus padres fue un trauma para Letizia, y es que en ese entonces ni Telma ni Érika vivían ya en la casa de sus padres. Una estaba en Barcelona y otra en Alemania, y hacían sus vidas al margen de aquel drama familiar. "Solo Letizia atendía a su madre. Retroalimentaban sus rencores y acabaron convenciéndose, una a la otra, de que Chus era el diablo", asegura.

Sea como fuere, el tiempo lo cura todo. Jesús Ortiz rehizo su vida al lado de Ana Togores, y juntos forman un matrimonio muy discreto y estable. Su relación con la madre de sus hijas es cordial, de hecho es habitual verles juntos en los eventos familiares que tienen que ver con sus nietas, algo que hace muy feliz a doña Letizia.

Paloma Rocasolano ha recuperado la ilusión

Aunque los primeros años tras su divorcio de Jesús Ortiz fueron muy complicados, Paloma empezó a recuperar la ilusión y se volcó en sus hijas y en su evolución personal. A los cincuenta años se matriculó en Historia del Arte y, antes de firmar su jubilación en 2017, dirigió un proyecto de cooperación que organizaba viajes para enfermeros a las zonas más desfavorecidas de América y África. Algunos medios la relacionaron en su día con el arquitecto asturiano José Fernández del Rey, pero el interfecto tardó poco en aclarar a la prensa que "nunca fuimos pareja, aunque sí buenos amigos". 

Pero la realidad es que Cupido no volvió a dispararle a Paloma una de sus flechas hasta 2021, año en el que empezó a salir de forma discreta con Marcus Brandler, un empresario británico, nacido en 1957 en Nigeria, que dirige una compañía dedicada al comercio de té, café, cacao y especia. Brandler estuvo casado con una catalana de Banyoles (Girona) con la que tuvo tres hijos, y está bien integrado en su nueva familia política, como demuestra por ejemplo el hecho de que se encargara de organizar el 70º cumpleaños de Paloma, al que asistió todo el clan.

Según algunas fuentes, el empresario se ha instalado con su pareja en Los Belones, un pequeño municipio —apenas 2.500 habitantes— de la Región de Murcia al que Paloma se mudó, en principio de forma temporal, escapando del estrés de la ciudad y en busca de algo más de privacidad. Una etapa de aparente felicidad que coincide con uno de los momentos más importantes de su hija Letizia como reina. 

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