Un gesto de la reina Letizia servía como señal para que sus hijas Leonor y Sofía abandonasen su silla en el almuerzo oficial por el aniversario de la proclamación del rey Felipe y se dirigiesen al centro de la sala para sorprender a su padre. La reina estaba pendiente de cada movimiento de sus hijas y seguía con la cabeza sus frases, como si ella misma las hubiese ensayado previamente. No era la primera vez que la reina orquestaba un instante ‘espontáneo’ dentro del protocolo de Zarzuela.
En los últimos años, han sido frecuentes las veces en las que la reina ha indicado a sus hijas donde situarse, ha cambiado de lugar a asistentes para respetar las estrictas normas que rigen los actos reales o ha apretado su gesto cuando ha comprobado que algo no estaba saliendo como debiera. Dentro de Casa Real, no hay mayor experta en protocolo que la propia reina. Letizia lleva la voz cantante en muchos de los cambios que se han producido en los últimos diez años.
Han sido varios los experto que han querido señalar a la reina como motor del cambio. Una evolución que, en los últimos meses, ha cogido velocidad. Hemos podido comprobar como los reyes se muestran más cercanos, sus hijas cogen protagonismo y las exigencias se van relajando. Zarzuela se abre a nuevos aires.
“La reina Letizia es la gran cabeza pensante”
Gloria Campos, experta en protocolo, no dudaba en afirmar lo que muchos piensan. “No os podéis imaginar cómo ha ayudado Letizia a que todas estas cosas funcionen”, asegura. ¿Qué son todas estas cosas? Seguir el protocolo tan férreo que rige los actos de Casa Real es complicado. Muchos de los expertos, de hecho, mantiene versiones contrarias cuando se trata de actos que, en muchos casos, nunca antes se habían producido.
“La gente que denosta a la reina Letizia creo que lo desconoce”, explicaba durante su intervención en ‘Más vale tarde’. El origen plebeyo de la reina ha sido una de las grandes críticas que se la realizado desde los entornos más nobles. A Letizia se le afearon sus orígenes, su familia humilde y tener abuelos con profesiones comunes. Nadie podía imaginar que, tiempo después, sería el miembro de Zarzuela con más visión global.
“En estos diez años ha sido la sombra que ha estado determinando muchísimas novedades importantes en el protocolo y en en la vista de la Casa Real y en los discursos”, asegura. Campos califica a Letizia como “la gran cabeza pensante” en las cuestiones de protocolo de Casa Real. Y no solo en eso. Muchos de los cambios que se han llevado a cabo tienen, claramente, el toque de la reina.
Los últimos actos protocolarios de la reina Letizia
El control con el que Letizia aborda cada una de sus apariciones oficiales también ha sido motivo de mofa y crítica. La reina, profesional donde las haya, no solo elabora sus discursos, sino que se interesa por los asistentes, estudia el tema y evidencia el pasado periodístico que tanto le ha marcado. Letizia pregunta mucho, siempre se destaca. Todo lo que ocurre a su alrededor le produce curiosidad.
Es lógico que, además, se fije especialmente en lo que ocurre en los actos y tome decisiones para que no se repitan errores. Ha sido especialmente en los eventos donde han estado sus hijas donde la Letizia más ‘controladora’ ha hecho acto de presencia. La reina se preocupa por la corrección de la princesa de Asturias y de la infanta Sofía. Tanto que no h sido extraño verla repitiendo las palabras de los discursos de sus hijas en la platea.
Esta actitud, que ha sido criticada desde los entornos poco amables con la reina, ha hecho también que todos los actos de Casa Real se produzcan sin inconvenientes y de forma orgánica. Letizia indica con gestos y movimientos donde tiene que ir cada uno y cómo debe comportarse. No se le suele pasar una.
Los gestos secretos de los reyes Felipe y Letizia
A colación de sus últimas apariciones, salía a la luz el código que los reyes Felipe y Letizia suelen llevar a cabo en los actos para indicar que deben continuar con su agenda. Siempre atentos, los reyes nunca muestran malestar ante las preguntas y siempre aparentan corrección e interés. No obstante, sus muchos eventos hacen que no puedan dedicar el tiempo necesario a cada uno de los asistentes.
Es entonces cuando los reyes, tanto Felipe como Letizia, hacen el gesto de mirarse un reloj imaginario en la muñeca. Es la forma de decirle al otro que toca abandonar el acto y retirarse. La reina, además, suele buscar con la mirada a sus hijas y su marido para indicarles que deben proseguir con su día. Una código que evitar que personal de Zarzuela se dirija a los reyes para indicarles el tiempo que les queda en mitad de su corrillos particulares.