En un volquete de invitados más y sin ninguna distinción. Carlos III no perdona a su hijo Harry y, aunque le ha invitado a su coronación, ha tenido con él un gesto que indica la poca importancia y jerarquía que tiene ahora en su familia.
Harry entraba a la Abadía de Westminster a eso de las once y media de la mañana, hora española; y lo hacía al lado de el Príncipe Andrés, el gran protegido de Isabel II, pero, a la vez, el miembro de la familia real con peor reputación debido a haber estado acusado por abuso sexual y su vinculación con el caso Epstein.
Carlos III no le perdona a su hijo menor su salida de la familia real, y mucho menos todo lo que ha dicho de ella. El marido de Meghan Markle ha querido exponer los secretos de su familia y esto no ha sido de buen agrado ni para el monarca, ni para los propios británicos; para quienes la monarquía es sagrada.
Los británicos no perdonan a Harry, su padre tampoco
Sus continuas declaraciones a la prensa, el polémico libro con sus memorias y su documental junto a su esposa, han hecho que el hermano de Guillermo se convierta en una bomba de relojería dentro de los Windsor. Y esto no ha gustado. Les ha tachado de clasistas, de racistas y de crueles. Quiso para sí mismo y para su familia una vida alejada de la realeza británica pero no ha terminado desprendiéndose de ella; puesto que no ha parado de hablar de la misma. Y esto es precisamente lo que no les gusta a los británicos, que entienden que se quiera apartar de los privilegios de los royals, pero no que haga negocio exponiendo sus trapos sucios. Esto ha provocado un descenso en picado de la popularidad de Harry, que siempre había sido tachado del hijo tarambana de Lady Di, el más rebelde y, también, el más problemático
Se dudó si este padre de dos hijos acudiría hoy a la coronación de su padre, igual que también se especuló con su presencia el día del último jubileo de la reina Isabel II. Y, en ambos casos, ha estado presente. Eso sí, lejos. Apartado.
Durante la ceremonia, ha ocupado un asiento en la tercera bancada. Junto a Zara Phillips y su marido Mike Tindall, hija y yerno de la princesa Ana, con quienes también ha entrado en el templo. Se le ha visto relajado, sonriente, haciendo bromas y cómodo con su posición.
¿Dónde está Meghan Markle?
Mientras que Harry sí que ha viajado a Londres, su mujer, Meghan Markle, no lo ha hecho. La ex actriz se ha quedado en Los Ángeles, donde vive desde que el matrimonio se marchó del Reino Unido en 2020.
A diferencia de otros actos relacionados con la familia de su marido, como el funeral por Isabel II o el último jubileo de esta, Meghan ha preferido no estar presente en el gran día de su suegro. Se ha quedado en Estados Unidos junto a sus dos hijos. De hecho, ha estado muy ocupada preparando su propia celebración. Y es que el mismo 6 de mayo, Markle estará inflando globos para el cumpleaños de su hijo Archie, que hoy cumple 4 años. Una fiestecilla infantil con hijos de otras celebridades, con las que Meghan y Harry tienen buena relación.
Los planes de Harry una vez finalice la ceremonia
Apartado de la familia real por su propio deseo, Harry no saldrá a saludar al balcón de Buckingham desde donde su padre, ya coronado, Camilla y los príncipes de Gales saludarán a todos los británicos. Él tiene sus propios planes. Nada más finalizar la ceremonia, que está previsto que dure dos horas exactas, Harry se desplazará hasta uno de los aeropuertos de Londres desde donde partirá de inmediato a Los Ángeles, para llegar a tiempo del cumpleaños de su hijo mayor. El duque de Sussex no quiere perderse, por nada del mundo, la fiesta que Meghan ha estado planeando para el pequeño.