No hay nada como reunirse con toda tu familia y sobre todo si la gran parte de ellos viven lejos de ti. Eso es lo que le ha pasado a la reina Sofía este sábado con motivo de la boda de su sobrino, Philippos con Nina Flohr en Grecia. La madre de Felipe VI era una de las últimas invitadas en llegar al enlace celebrado en la Catedral de Santa María de la Anunciación (Atenas) y lo hacía en compañía de su hermana Irene. Su felicidad atravesaba la mascarilla y es que no es ningún secreto que, a pesar de la distancia, la reina emérita está muy unida a toda su familia.
La reina Sofía ha puesto el broche de oro a este intenso fin de semana que iniciaba este viernes en Asturias y terminará este sábado con una gran fiesta en Grecia para celebrar el amor entre Philippos, hijo de Constantino de Grecia, y Nina Flohr.
Fiel a su estilo, doña Sofía se ha decantado por un vestido metalizado de color verde. Un diseño confeccionado a medida repleto de capas y con original volante en la parte baja que ha coronado con un imponente collar de perlas y un rubí. Se trata de la pieza más importante de su joyero, no por su valor económico sino por lo que significa a nivel sentimental para ella. La emérita heredó este 'pendafit' de su madre, la reina Federica, y a día de hoy, lo ha lucido ella exclusivamente.
La reina Sofía en la boda de su sobrino, Philippos de Grecia
Muy precavida, doña Sofía no se ha olvidado de una pashmina de color marrón a juego con su minibolso. A la entrada del templo su sobrino, Pablo de Grecia, ha dado la bienvenida a sus tías y no han dudado en posar para la prensa. Se desconoce si la reina emérita aprovechará la ocasión para alargar su estancia en Atenas o volverá de inmediato a Madrid.