La Catedral de Santa María de la Anunciación (Atenas) se ha engalanado para la ocasión para celebrar la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr. Un enlace real que ha reunido a caras muy conocidas de las diferentes casas reales europeas y que supone la puesta de largo de este templo después de seis décadas.
Pasadas las 16.00 horas los invitados empezaban a llegar, una pasarela real improvisada encabezada por Marie Chantal, Andrea Casiraghi junto a su mujer, Tatiana Santo Domingo, Beatriz de York, Sassa de Osma..., entre otros. Pero en lo que a nosotros nos atañe, hemos fijado nuestra lupa en la infanta Elena.
La hija mayor de los reyes eméritos se adelantaba a la reina Sofía y llegaba al templo junto a parte de la familia y posaba ante los fotógrafos allí congregados luciendo su versión más sobria. Para la ocasión, se ha decantado por un elegante vestido azul marino con favorecedor fruncido a la cintura y largo por los tobillos que ha completado con una torerita de brillo negra.
Pero lo que ha llamado la atención ha sido el peinado que ha escogido. Al mismo tiempo que Leonor y Sofía se despedían de su periplo por Asturias, su tía ha decidido hacerles un guiño en forma de trenza. La infanta Elena ha semirecogido su melena con dos trenzas de raíz que nos han recordado inmediatamente a las que llevan luciendo las hijas de los Reyes durante ellos.
Bien es cierto que la trenza ha sido la seña de identidad de doña Elena durante más de cuarenta años pero esta nueva versión mucho más moderna nos ha recordado de manera irremediable a Leonor y Sofía.