Federico de Dinamarca, una vida marcada por los escándalos: problemas con la justicia, novias modelos y ahora sus fotos con Genoveva Casanova

El historial de polémicas y desencuentros de Federico de Dinamarca es extenso. Repasamos cómo pasó de ser el hijo problemático de la reina Margarita a 'sentar la cabeza' con Mary Donaldson

Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Actualizado a 9 de noviembre de 2023, 09:53

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El gesto de disgusto de la reina Margarita era total cada vez que descubría que su hijo volvía a estar enamorado. Ninguna le venía bien. Ella soñaba con que su vástago mayor, Federico de Dinamarca (55 años), se ilusionara con alguna joven de una monarquía, pero él, apodado ‘el príncipe turbo’ por uno de sus grandes escándalos, reusaba conocer princesas. Él parecía más interesado en modelos y en cantantes. Por eso, cuando hace 23 años se cruzó en su vida una abogada como Mary Donaldson, la reina puso los ojos en blanco pero entendió que la australiana no era tan mala opción…

Federico de Dinamarca, un príncipe ‘adicto’ a los escándalos

Dicen de él que es un hombre enamoradizo, y que acostumbraba a ilusionarse a una enorme velocidad de la mujer con la que empezaba una relación. Federico de Dinamarca fue así desde adolescente. Un enamorado del amor. Hasta que se cruzó con Mary Donaldson en Sídney, durante los Juegos Olímpicos del año 2000, por su vida habían pasado infinidad de novias que disgustaban a la reina de las gafas XL. Pero, quizás, la peor de todas fue la que casi le cuesta el título de príncipe a Federico…

Malou Aamund era una modelo con la que un jovencísimo Federico había iniciado una relación, siendo él apenas un veinteañero. A Margarita no le gustaba la profesión de la novia de su mayor, pero mucho menos le gustó cuando en la Nochevieja de 1992 la pareja fue detenida. Ella, en estado de embriaguez, conducía a toda velocidad el coche de él y acabaron detenidos. Aquello fue el gran escándalo de su vida, puesto que el asunto llegó hasta el Parlamento danés, donde se pidió que el joven renunciara a sus derechos dinásticos y que su hermano, el príncipe Joaquín, se convirtiese en el heredero al trono. La reacción de la casa real, lejos de desposeer a Federico, fue enviar una carta disculpando la conducta de este. Bueno, eso y mandar al jovencísimo príncipe lejos de su novia; puesto que fue matriculado en Harvard. Y le valió, para siempre el sobrenombre de ‘el príncipe turbo’ por este encontronazo con los coches y la velocidad.

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Los estudios en el extranjero no cambiaron, ni de lejos, las preferencias amorosas del hijo de los reyes de Dinamarca, puesto que la siguiente novia que se le conoció fue, de nuevo, una modelo. Esta vez, de ropa interior. Ella era Katja Storkholm y con ella fue muy pero que muy en serio. Estuvieron juntos dos años y medio; y, sin duda, fue una de las parejas que más le marcaron. A sus progenitores, lo de emparentar con alguien que se había dedicado a posar en ropa interior les vino entre mal y muy mal; y, una vez más, acabó rompiendo el noviazgo por presiones familiares.

Y de las maniquíes, al espectáculo. Estamos en 1999 y esta no era la primera vez que Federico se vincula con alguien de la industria del entretenimiento. Antes ya se le había relacionado con estudiantes de arte dramático, pero con Maria Montell era diferente. Él ya era más adulto y ella era una conocida cantante. Un año duró esta historia de amor que acabó, como todas las anteriores, con un: No eres tú, soy yo. O, mejor dicho, es mi familia.

¿Cómo se conocieron Federico de Dinamarca y Mary Donaldson?

El nerviosismo del nuevo milenio trae consigo unos nuevos Juegos Olímpicos y Federico de Dinamarca no se los quiere perder. Desea vivirlos in situ en Sídney y hasta allí se desplaza con su hermano Joaquín, Marta Luisa de Noruega y otros miembros de la realeza. 

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Sobre cómo se conocieron Mary y Federico hay dos versiones: una, la que dan ellos, en un pub, tomando unas cervezas y en un encuentro de lo más casual y, dos, la que ha dado su entorno, mucho más formal y en una cena a la que Donaldson fue invitada y que también estaban miembros reales. La primera es mucho más peliculera, con una plebeya hablando con un príncipe sin ella saberlo. 

Sea como fuere, ambos intercambian teléfonos y empiezan una relación a distancia, algo que tampoco gusta a la reina Margarita. Él viajará a Australia en numerosas ocasiones para visitarla y Mary Donaldson, finalmente, se establecerá en Copenhague dos años más tarde. Desde entonces y hasta que anuncien su compromiso, ella se dedicará a estudiar el idioma de Federico, se hará luterana e iniciará un proceso para convertirse en la princesa que desea su futura suegra de ella. En 2003 anunciarán su compromiso y, el 14 de mayo de 2004, se dará el 'sí, quiero' en una multitudinaria ceremonia en la catedral de la capital. 

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Son padres de cuatro hijos Cristian, Isabella, Vincent y Josefine y junto a ellos pasaron su último aniversario de bodas, que Federico felicitó a Mary con un mensaje en redes sociales, "te mando mi amor especial para ti, Mary, como esposa y como madre", dijo, aprovechando que, además, era el Día de la Madre. 

19  años más tarde, Federico de Dinamarca siente que, al fin, ha logrado contentar a su progenitora, quien, a pesar de negarse en abdicar a sus 83 años, parece satisfecha con una nuera como Mary Donaldson, quien año tras año ha sabido ganarse el favor de suegra. Y, visto lo visto, no era un público fácil...

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