“La información que tengo desde hace meses es preocupante”. A la vez que desde Reino Unido se confirma la visita del rey Carlos III a Australia, otras voces comienzan a señalar que la situación podría no ser tan espléndida. El monarca se encuentra en tratamiento semanal desde que el pasado mes de febrero tuvo que ser intervenido. Con esfuerzo y precauciones, Carlos ha confirmado su compromiso con la Corona reincorporándose a sus labores con más intensidad que nunca. Pero esto podría estar ocultando algo peor.
“Aunque sea rey de un país, si no hacen públicos sus diagnósticos es porque funcionan de esta forma”, afirma el experto en Casa Real José Moreno. “No quieren mostrarse débiles pero en Reino Unido los medios ya están empezando a dar pistas sobre la verdadera situación de Carlos III”. Una nueva alerta que ha dejado a todos en shock. La situación de Carlos III estaría poniendo ya en marcha una nueva sucesión en el trono cuando la sombra de Isabel II todavía está muy presente.
“El final de un reinado se aproxima, mientras un nuevo ascenso al trono está cada vez más cerca. Todo acercamiento tiene su razón de ser”, apuntaba hace pocas horas. Justo cuando, a la vez, salían nuevas informaciones oficiales sobre el estado de Carlos III.
Los medios británicos recogen la nueva decisión del rey Carlos
Va a interrumpir su tratamiento contra el cáncer durante diez días. El viaje de Estado de Carlos III y la reina Camila a Australia ha sido consensuado en todo momento con los médicos del monarca. Las fechas, las exigencias y la posibilidad o no de poder cumplir con todo el intenso programa que les espera. Parece que los médicos han dado el visto bueno para que Carlos III se ausente durante casi dos semanas de Reino Unidos.
Tal y como explica la periodista Rebecca English en el ‘Daily Mail’, el monarca interrumpirá su tratamiento durante este período en el que esté fuera de Reino Unido. Diez días sin recibir medicación que, por una parte, pueden interpretarse como una mejoría en el estado del rey y, por otra -y puede que ser la correcta-, sirvan para tranquilizar y reforzar el papel del monarca cuando hay preocupación por su estado.
El cáncer de Carlos III coincidía con el de Kate Middleton. Una crisis institucional sin precedentes para la Corona británica que dejaba a la princesa Ana como miembro activo con más agenda. El príncipe Guillermo se replegaba en el estado de su mujer y de sus hijos más allá de cumplir con los actos concretos de Casa Real. También la reina Camila intensificaba sus apariciones en público. Todo con tal de dar una cierta normalidad a una situación que, desde luego, no la tiene.
“Tanto la reina Camila como sus asesores han aconsejado al rey que rebaje el ritmo”, explica English. “Pero su círculo cercano afirma que se siente animado por su trabajo y que es algo importante a nivel personal y mental”. El monarca viajará, como ocurre habitualmente, con un médico acompañante.
El secretismo con el diagnóstico del rey Carlos III
Pese a haber pasado muchos meses, se desconoce el estado real de Carlos III. En un primer momento, como ocurrió con Kate Middleton, se optaba por no afirma el tipo de cáncer que se le diagnosticaba. Tan solo se informaba de la situación y del tratamiento al que se iba a someter. Ahora hemos podido saber que este tratamiento es semanal y que el rey parece que lo está llevando de la mejor manera posible.
Se desconoce el tipo de tratamiento, cuánto tiempo está previsto que lo siga o si va a tener que someterse a una nueva intervención en breve. Un secretismo en las cuestiones de salud que suele ser común a todas las Casas Reales y que eran una de las máximas de la reina Isabel II. Los temas personales se quedan dentro de palacio. Claro que las consecuencias son imprevisibles.
Por el momento, tan solo se ha informado desde Buckingham de la vuelta a la agenda completa del rey Carlos. Se conoce su situación y el delicado estado pero, a la vez, se evita nombrar nada que pueda hacer pensar en un momento de debilidad. El trance que han vivido los príncipes de Gales con la enfermedad de Kate Middleton hacían impensable una brecha en la férrea Corona británica. El rey debía seguir fuerte, firme y al control de todo.
Por el momento, el monarca ha decidido permanecer en Balmoral como hacía ya su madre. Es el sitio donde pueden descansar mejor, sobre todo de cara a lo que viene en los próximos meses. "Va a continuar con sus reuniones, haciendo el papeleo habitual y con su tratamiento contra el cáncer", apuntan al citado medio desde el círculo cercano del rey.
Preocupación por el papel del príncipe Guillermo
Una crítica ya recurrente en los últimos meses al trabajo del príncipe Guillermo es su escasa actividad. A pesar de que Kate Middleton ya ha terminado su tratamiento de quimioterapia preventiva, el príncipe continúa con un ritmo relajado. En comparación, claro, con el que lleva su padre o su tía, la princesa Ana. Desde muchos sectores británicos se critica que el heredero al trono no haya dado un paso al frente para aliviar la situación de su padre. No obstante, hay que tener en cuenta que la situación que han pasado los príncipes de Gales en los últimos meses es altamente difícil de gestionar.
El poco entendimiento entre la Kensington y Buckingham aparece reflejado en la prensa británica a diario. El equipo de comunicación de los príncipes no se coordinada demasiado con el del rey y esto acaba generando problemas de cara a la opinión pública. Los británicos no terminan de entender que sea la princesa Ana el miembro más activo de la Corona cuando, ahora ya, el príncipe Guillermo podría estar llevando el peso de la Corona. Claro que esto supondría una merma de importancia a la figura del propio rey.
Con esta situación entre manos, las previsiones que manejan algunos expertos en Casa Real son preocupantes. En los próximos meses conoceremos la evolución del rey Carlos, el estado de la princesa de Gales y cómo afectará todo a una de las monarquías más asentadas y también polémicas de la realeza europea.