Las páginas de Lecturas traen uno de los episodios más significativos de la familia Urdangarin Borbón desde que la infanta Cristina tomara la decisión irrevocable de no reconciliarse ni perdonar a su marido. Las fotos de Iñaki Urdangarin de la mano de Ainhoa Armentia que publicaba Lecturas daban la vuelta al mundo, pero sobre todo suponían un auténtico terremoto entre el matrimonio, que llevaba tiempo haciando vida por separado y sus hijos, cuya tranquilidad es lo más importante para ellos ahora mismo que la separación sigue su curso y que el divorcio parece que será el último episodio de su historia en común. Pilar Eyre nos cuenta en Lecturas lo más destacado de la semana que ha pasado en Ginebra el exduque de Palma, quien viajaba hasta la ciudad suiza con dos objetivos claros: sentar las bases de su relación con Cristina de Borbón a partir de ahora, y recuperar el cariño de su hija Irene Urdangarin, quien más está sufriendo con esta situación.
"La que peor se tomó las fotos de Iñaki y su amante que salieron en Lecturas fue Irene", cuenta Pilar Eyre en la última exclusiva de Lecturas. "Una niña de 16 años, sensible y simpática, (...) que, quizás por estar muy apegada a su madre, y también por su condición de mujer, se enfadó terriblemente con su padre", continúa la bloguera de nuestra revista. Según revela Eyre, la hija pequeña de la infanta "se negó a admitir cualquier explicación" de Iñaki, por mucho que sus hermanos mayores intentaran hacerla recapacitar y "trataran de suavizar el tremendo palo que le supusieron aquellas imágenes románticas en una playa cerca de Bidart".
El golpe fue monumental y la decepción profunda, pues no hay que olvidar que "no solo se vino abajo su ídolo, su referente, sino que además fue testigo del dolor de su madre, la vio sufrir día a día, ¡la vio llorar!, y eso fue muy duro para ella", escribe Pilar.
Que las aguas iban a volver a su cauce no había duda, Irene es la preferida de su padre, y la joven quiere muchísimo a su padre, como se puede ver en las fotos que publica Lecturas. Y la intervención de la infanta Cristina ha tenido mucho que ver en esta deseada (que no fácil) reconciliación. "La infanta, con gran generosidad, ha querido que esta semana de convivencia sirviera para unir a padre e hija", revela en nuestras páginas. Cristina de Borbón ha puesto todas las facilidades para que pasaran el máximo tiempo juntos, y también fuera de calidad, dejando el domicilio familiar a disposición de su todavía marido. "Irene apenas le dirigía la palabra. Pero pronto el cariño se impuso al enfado y la hija perdonó al padre. Volvieron los momentos felices: risas, abrazos, juegos...", y todo gracias a la infanta, "que lo ha favorecido", y ha conseguido que Iñaki recobre "el cariño de su hija adorada, tan importante para él".