Kate Middleton (42 años) se encuentra en plena recuperación del cáncer que la apartado de la vida pública, por lo que necesita toda la tranquilidad posible. Y es que además de tener que soportar el tratamiento y el cansancio que este provoca, la princesa de Gales ha sufrido durante meses los rumores y especulaciones de numerosos medios de comunicación. Sin duda una presión y un estrés que no debería soportar en este estado.
Con el príncipe Guillermo siendo su mayor apoyo (aunque Carlos III le ha tendido su mando y ha estrechado su vínculo con ella porque es quien más la entiende), lo que no ha dejado de hacer Kate en ningún momento es su papel como madre. A pesar de estar en casa descansando, sabe que George, Charlotte y Louis deben cumplir las normas que les han impuesto. Y más ahora que ella no se encuentra en su mejor momento. De hecho, los hijos del matrimonio conocen las reglas y tienen que hay una en especial que nunca se deben saltar.
Aunque siempre han contado con la ayuda de una niñera, la pareja sigue siendo muy práctica con sus hijos y la prensa británica siempre ha señalado que tanto a Kate como a Guillermo les encanta participar en actividades como montar en bicicleta y cocinar algunas cosas junto a ellos en el horno. Pero no todo es diversión y juegos para George, Charlotte y Louis porque los futuros reyes de Reino Unido establecieron algunas reglas domésticas en su casa, Adelaide Cottage en Windsor, incluida la que ellos saben que deben cumplir en todo momento.
Según una fuente cercana a la casa real británica, esta norma que los pequeños de la casa deben seguir estrictamente es que no debe gritar en la casa. "Los gritos están absolutamente prohibidos para los niños y cualquier indicio de voces altas entre ellos se resuelve con la expulsión", revelan en 'The Sun'. Pero en vez de de ser enviados a sus dormitorios o al rincón de pensar cuando se portan mal, Kate y Guillermo tienen una técnica diferente: una charla en el sofá. "El niño travieso debe salir fuera de la habitación para evitar cualquier tipo pelea. Se corta por lo sano para ellos hablen con calma sobre lo ocurrido. Se le explican las posibles sanciones y se le describen las consecuencias. Ellos nunca les gritan tampoco. Predican con el ejemplo", añade el citado medio.
Con la ayuda y los consejos de Carole, una abuela encantada de echar una mano en la educación de sus nietos, y con la filosofía de Diana de Gales (Guillermo siempre ha dicho que seguirá los valores de su madre), Kate y el príncipe de Gales han demostrado que son unos padrazos y que no les importa saltarse el protocolo para mostrarse afectuosos con sus hijos. "A menudo la hemos visto cogiéndoles las manos o abrazándoles cuando eran más pequeños. Ha habido muchos gestos reconfortantes como una palmaditas en la espalda o caricias en el pelo. Cuando ella interactúa con otros niños en sus compromisos públicos también suele agacharse para interactuar con ellos, algo que Diana hacía a menudo", explica en 'Hello' la experta real Danielle Stacey.
Además de las reglas que deben cumplir en casa, la duquesa de Cambridge siempre ha apostado por una educación en la que sus hijos pudieran aprender valores más allá del aula y poder crecer personalmente conociendo a todo tipo de personas. De hecho, Kate contó hace unos meses que le encantaría que los tres se apuntaran a los Scouts porque "involucran y apoyan a los jóvenes en su desarrollo personal, capacitándolos para hacer una contribución positiva a la sociedad". "Quiere que sus hijos crezcan en este movimiento. No quiere que haya solo valores en la escuela y sabe que aquí hay mucho que puedes hacer para construir relaciones con otras personas,", añadió Tahseen Patel sobre el compromiso de Middleton en la crianza de sus tres niños.