En los últimos tiempos la Casa Real española está dando algunos giros de guion que no estaban en la mente de nadie. El rey Felipe VI (56 años) ha diseñado una estrategia muy bien definida para tratar de acercar la monarquía española a todas las esferas e incluso darle el protagonismo correspondiente a la heredera, la princesa Leonor (18 años). Pero también llaman la atención las normas no escritas que han llevado a cabo relacionadas con el ámbito sanitario, puesto que se han vuelto de lo más herméticos a la hora de hablar de sus enfermedades.
Desde hace algún tiempo hemos podido ver a los monarcas en situaciones que antes eran totalmente inesperadas. Además del importante papel que le están dando a la Princesa de Asturias como futura Reina de España, hay que sumar los diferentes gestos de cariño que demuestran en algunas de sus apariciones en conjunto. Esta espontaneidad está siendo muy valorada tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras. Pero surge una importante pregunta a la hora de las cuestiones de salud que han acechado últimamente a la Corona española. ¿Por qué tanto hermetismo y tan poca información?
La estrategia de los Reyes a la hora de llevar sus enfermedades
Por todos es sabido la dolencia que sufre la reina Letizia (51 años) en su pie. El neuroma de Morton está provocando que en sus últimas apariciones prefiera utilizar zapatillas de deporte, dejando a un lado los tacones imposibles que solía llevar en sus distintos actos oficiales. De hecho, en el último viaje de Estado en los Países Bajos llamó la atención que la madre de la infanta Sofía apareciera sentada en el besamanos debido a su fuerte dolor por el uso de los tacones.
En cualquier caso, las noticias que han ido llegando desde Casa Real por este motivo han sido bastante escasas, algo que llama enormemente la atención. No obstante, parece ser que este hermetismo no tiene nada que ver en las distancias cortas, ya que tal y como comentó la propia Belén Esteban, Letizia le confesó que tendría que pasar por quirófano, algo que no han confirmado desde la fuente oficial.
Por otro lado, el rey Felipe VI también sufrió una dolencia en su mano, de la que tampoco se supo demasiado. En un principio apareció con una férula en su mano para poder paliar los dolores que sufría. En sus siguientes apariciones públicas la férula era de última generación, tanto que incluso fueron diversas las fuentes que confirmaron que el hijo de la reina Sofía se había sometido a una operación. No obstante, tras ver la luz las diferentes informaciones, Zarzuela desmentía que dicha intervención quirúrgica se hubiera producido, al menos por el momento.
Pero tras ello, nuevamente no se llegó a informar de nada relativo a su dolencia en la mano, aunque tampoco se le vio en sus actos posteriores con dicha férula. De este modo, los actuales jefes de Estado diseñaban una estrategia muy clara que pasaba por no desvelar nada relativo a sus enfermedades, algo que contrasta con su actual forma de aparecer de manera espontánea en sus actos oficiales y los no oficiales. Además, también se diferencia claramente con la actitud que se ha ido llevando a lo largo de la historia de la monarquía española.
La diferente estrategia del rey Juan Carlos I y la reina Sofía
Esta situación es totalmente contrapuesta con lo que ha sucedido a lo largo de los años con los reyes eméritos. Por un lado, Juan Carlos I se ha sometido a diferentes operaciones que han sido comunicadas por la Casa Real, tanto cuando formaba parte de manera activa en la institución como desde que cambió su residencia a Abu Dabi. Además, también se sabe que cada cierto tiempo el emérito regresa a nuestro país para realizarse un chequeo médico y corroborar que todo está en orden en cuanto a su salud se refiere.
Con la hermana de Irene de Grecia ocurre prácticamente lo mismo. Hace un par de meses Sofía tuvo que ser ingresada de urgencia por una infección de orina. Su estado de salud preocupó a muchos al verla en un hospital madrileño pero inmediatamente se emitía un comunicado donde se informaba de su situación fuera de peligro. Por tanto, con los eméritos sí se ha continuado con esta norma de explicar las enfermedades para evitar especulaciones, algo que cambia de manera radical con los reyes Felipe y Letizia y sus dos hijas.
Las similitudes de la Casa Real española y la Casa Real británica
Este tipo de normas no escritas que han utilizado los padres de la princesa Leonor guardan cierta similitud con lo que está sucediendo en el Reino Unido. La Casa Real británica no está pasando por su mejor momento en cuanto a temas de salud se refiere. El rey Carlos III informaba que padecía un cáncer tras su operación de próstata. Tiempo después fue Kate Middleton quien a través de un vídeo anunciaba que también padecía un cáncer tras haberse sometido a una cirugía abdominal.
En cualquier caso, la forma de tratar ambas enfermedades también ha sido muy distinta. Desde el primer momento se informó de las operaciones de sus miembros. Sin embargo, hay que recordar que mientras el marido de la reina Camila abandonaba el hospital por su propio pie y saludando a todos los medios allí congregados, nadie pudo ver a la mujer del príncipe Guillermo salir de la clínica londinense donde se encontraba.
A partir de ahí la estrategia ha seguido la misma línea en ellos. Sobre el hijo de la reina Isabel II se han enviado todo tipo de comunicados, tanto de información sobre su evolución ante el tratamiento oncológico como de su reincorporación a los actos oficiales. En contraposición, nada se sabe de la Princesa de Gales. No hay noticias sobre el tipo de cáncer que padece, así como tampoco de cómo está respondiendo al tratamiento, pese a los múltiples rumores que hay en dicho país. Por tanto, se trata de una similitud entre las dos Casas Reales a la hora de informar de lo relativo a las enfermedades de sus miembros.