No han sido unos meses fáciles para la Casa Real británica. Los diagnósticos de cáncer de Carlos III (75 años) y Kate Middleton (42 años) eran un mazazo para los royals ingleses y para los ciudadanos de todo el mundo. Algo que obligaba al rey y la princesa a llevar a cabo toda una serie de medidas para centrarse en sus tratamientos y en su recuperación. Un claro ejemplo es la decisión de mantenerse alejados de los deberes públicos durante un tiempo. Algo que, para la princesa de Gales, terminaba en el 'Trooping the Colour' cuando reaparecía para alegría de todos.
La esposa de Guillermo (41 años) anunciaba su vuelta a través de un comunicado en Instagram apenas dos días antes del gran evento y explicaba cómo se encontraba. "Tengo muchas ganas de asistir al Desfile del Cumpleaños del Rey este fin de semana con mi familia y espero unirme a algunos compromisos públicos durante el verano, pero también sé que todavía no estoy fuera de peligro", afirmaba.
Un texto con el que, de nuevo, dejaba claro que su estado de salud era una cuestión central en su vida y estaba respetando los tiempos que necesitaba su cuerpo para curarse. Eso sí, dejando de lado su condición, Kate h tenido una única prioridad: sus tres hijos. George (que cumplió 11 años el pasado lunes), Charlotte y Louis han sido un pensamiento constante en la princesa de Gales. ¿Su principal objetivo? Que toda esta situación fuera lo menos dura y dolorosa para ellos. Es por eso que la futura reina, mano a mano con Guillermo, planeó una estrategia basada en 5 puntos clave para proteger a sus pequeños.
Control de la información sobre Kate Middleton
Cuando el pasado 17 de enero el Palacio de Kensington anunció que Kate Middleton había sido sometida a una operación abdominal, la preocupación estalló en todo Reino Unido y más allá. ¿Qué le ocurría? ¿Era grave? ¿Había sido una intervención improvisada o llevaban tiempo planeándola? Preguntas a las que la Casa Real británica no daba respuesta. De hecho, justo después de este anuncio, solo comunicaron que la princesa había sido dada de alta y había vuelto a su hogar, Adelaide Cottage, donde continuaría su convalecencia.
Desde ese momento, no supimos nada más sobre Kate. Había muchos rumores y teorías de la conspiración que no hacían más que crecer y crecer a medida que pasaban los meses. Muchos consideraron que este silencio era un mal movimiento por parte de los príncipes de Gales, ya que les restaba credibilidad y transparencia.
No obstante, tiempo más tarde todo cobró sentido. Al controlar de una forma tan férrea la información, George, Charlotte y Louis estuvieron menos expuestos a los comentarios y opiniones externos, evitando así oír teorías o suposiciones sobre la enfermedad de su progenitora. Unos datos que, muy posiblemente, habrían angustiado a los pequeños.
Escoger el mejor momento para contar a George, Charlotte y Louis qué ocurría
A pesar de haber controlado la información sobre el verdadero estado de salud de Kate era inevitable que llegara el día en que George, Charlotte y Luis se enteraran de toda la verdad sobre la condición de la princesa. Fue en marzo, dos meses después de la operación y coincidiendo con la vuelta de los pequeños a casa por las vacaciones de Semana Santa, cuando los príncipes de Gales explicaron a sus tres hijos qué estaba pasando.
Así lo explicó la nuera del rey Carlos III en el emotivo vídeo en el que anunció que tenía cáncer. Después de dar las gracias por todos los mensajes de cariño, la hermana de Pippa Middleton explicó que habían tardado en contarlo públicamente para poder comunicarlo de la mejor forma posible a sus tres hijos.
"Nos ha costado algún tiempo explicarle la situación a George, Charlotte y Louis de la manera más apropiada para ellos y asegurarles que voy a estar bien", afirmó, dejando claro que había querido transmitirles un mensaje de esperanza. "Como les he dicho, estoy bien y me estoy fortaleciendo cada día al concentrarme en las cosas que me ayudarán a sanar; en mi mente, cuerpo y espíritu", aseguraba, muy tranquila.
Al esperar a que sus hijos volvieran durante unas semanas a casa por Semana Santa para revelarles su estado, Kate y Guillermo se aseguraron de que los pequeños se enteraran por ellos de la grave situación que estaban atravesando y les evitaban tener que enfrentarse a las miradas de sus compañeros.
Transmitir una imagen de normalidad y disimular la enfermedad
A pesar de haber sido sinceros con George, Charlotte y Louis sobre el estado de salud de su madre, los príncipes de Gales tomaron la decisión, desde el primer momento, de evitarles los detalles más duros e impactantes del proceso. El portal 'Tatler' detalló, hace algunas semanas, los pasos que habían tomado para llevar a cabo esto.
Por ejemplo, cuando Kate tuvo que ser ingresada en el hospital para esa mencionada intervención quirúrgica, la cuñada del príncipe Harry tomó la decisión de que solo pudiera visitarla el príncipe Guillermo. La intención era que sus hijos no tuvieran que verla conectada a monitores médicos, goteros y otros tubos. Una imagen que seguro que había impresionado a los pequeños.
Incluso durante las videollamadas que realizaba para ver a sus tres hijos, Kate se vestía con ropa normal, dejando de lado el uniforme hospitalario, y procuraba que no se vieran los aparatos u otros elementos médicos que se encontraban en su habitación. Además, esta distancia de sus pequeños no solo les evitó a ellos una situación muy dura, sino que permitió a la princesa centrarse en su recuperación.
Kate Middleton, totalmente centrada en su familia
Una vez salió a la luz la enfermedad que padecía y anunció que iba a estar alejada de los actos públicos por su tratamiento, Kate pudo, por fin, centrarse en su familia. Ya no había ningún secreto y no hacía falta mantener un silencio glacial al respecto. Así, Middleton empezó a implicarse (aún más) en la vida familiar.
Ella misma lo explicó en su último mensaje personal: "Mi tratamiento está en curso y lo será por unos meses más. En los días que me siento lo suficientemente bien, es un placer involucrarme con la vida escolar, dedicar tiempo personal a las cosas que me dan energía y positividad, además de comenzar a trabajar un poco desde casa".
Y no solo eso. Durante estos meses, George, Charlotte y Louis han cumplido años, momentos en los que la princesa se ha centrado totalmente en hacer de sus aniversarios un día muy especial. Por ejemplo, salió a la luz la tradición de la princesa de pasarse toda la noche cocinando una tarta especial para sus pequeños o las fotografías realizadas personalmente para felicitarlos en redes sociales.
Otro ejemplo es cuando planearon unas divertidas vacaciones de Semana Santa, justo después de que sus hijos se enteraran de su enfermedad. De esta manera, Kate se ha volcado totalmente en crear un entorno seguro, divertido y normal para sus pequeños, consiguiendo así que esta difícil situación fuera lo menos dolorosa para ellos.
Una imagen de normalidad para tranquilizar a George, Charlotte y Louis
Cuando salió a la luz que Kate Middleton sí asistiría al Trooping the Colour, la euforia fue mayúscula. Todos queríamos ver a la princesa de Gales en carne y hueso y comprobar que estuviera bien. Con un impecable outfit blanco y muy sonriente, Kate asistió con su familia al recorrido en el carro real y luego saludó a los ciudadanos desde el Palacio de Buckingham.
Como no pudo ser de otra forma, la esposa de Guillermo estuvo completamente pendiente de sus hijos. Conversó con George sobre lo que estaban viendo, apartó cariñosamente el pelo de Charlotte y sonrió al ver al pequeño Louis bailando al son de las gaitas escocesas. Días más tardes, al ver estas imágenes, la prensa inglesa señaló que, precisamente, la principal razón para reaparecer en este acto fueron sus hijos.
El 'Daily Mail' afirmó que Middleton se decantó, finalmente, por asistir a los actos para acompañar a sus pequeños. "Estar ahí para sus hijos ha sido sin duda un factor clave en su decisión porque quiere estar disponible para garantizar que George, Charlotte y Louis disfrutaran del día familiar, para celebrar este día tan importante para su abuelo. Su presencia significa que no tendrán que viajar en el carruaje sin uno de sus progenitores", explicaron.
Un gesto más que refleja la gran estrategia preparada por los príncipes de Gales para cuidar y proteger a sus hijos en estos momentos. Y es que, a pesar de estar viviendo una situación delicada y ser personajes públicos de gran expectación, Kate y Guillermo siempre han dejado muy claro que, antes de nada, son padres.