El 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, está marcado en rojo en la agenda de la familia real. Los reyes Felipe y Letizia, acompañados de la princesa Leonor, han presidido este sábado el que ha sido el desfile más mojado de la historia.
Más allá de la fuerte lluvia y la dimensión militar del acto, los miembros de la familia real han vuelto a ser los grandes protagonistas de la jornada. Con gran puntualidad, los reyes llegaban a la Plaza de Neptuno alrededor de las 11.00 horas, justo detrás de ellos hacía lo propio la princesa Leonor, quien estrenaba para la ocasión el uniforme de gala de la Armada.
Durante todo el desfile, Leonor se ha mostrado seria y concentrada. De hecho llamaba la atención que buscara en todo momento la aprobación de don Felipe en cada uno de sus movimientos y la complicidad de doña Letizia, sonrisas y miradas cargadas de cariño que rompían el tono formal del acto.
Pero en todo acto que se precie se suceden una serie de situaciones que marcan cada edición, y esta vez no iba a ser menos. Con la gran ausencia de la infanta Sofía, hacemos un repaso a todo lo que ha pasado: mensajes ocultos, errores de protocolo y gestos cómplices entre los protagonistas.
El mensaje oculto en el uniforme de gala de la princesa Leonor
La princesa Leonor estrenaba el uniforme de gala de la Armada, un tres piezas en color turquí popularmente conocido como el 'catorce botones'. En esta ocasión, la hija de los reyes ha llevado la modalidad A, el de invierno, en su versión con pantalones, aunque todas las mujeres del Ejército de Mar también tienen a su disposición la falda.
Un detalle que no ha pasado desapercibido para nosotros es que la princesa luce un nudo llano en la manga izquierda que esconde un mensaje muy importante. Tal y como han podido confirmar desde RTVE se lo dan a los "alumnos más aventajados", y solo lo lucen aquellos que tienen buenas notas y buen comportamiento.
Además, también luce las dos condecoraciones que posee: el Toisón de Oro y la Cruz de la Orden de Carlos III.
La reina Letizia se salta todos los protocolos
Es la imagen del día. En pleno desfile la reina Letizia abandonaba su lugar en la tribuna real para refugiarse de la fuerte lluvia que caía en Madrid. Así, se saltaba todos los protocolos con el único objetivo de evitar empaparse de arriaba abajo.
En un momento se llegó a pensar en cancelar el acto pero, afortunadamente, el agua amainó y permitió que el desfile concluyera con normalidad. Al ver a su madre recluida en un rincón, Leonor fue a su encuentro para interesarse por ella y compartir risas por lo surrealista del momento.
Cruce de miradas entre Leonor y Letizia
Cada vez que la reina Letizia comparte un acto público con sus hijas saca a relucir su faceta más maternal. Aunque por protocolo, Leonor se coloca siempre al lado derecho del Rey, a lo largo de todo el desfile se han buscado la mirada regalándose sonrisas y miradas cómplices.
De hecho, se ha podido captar un momento muy fraternal en el que Leonor se ha acercado a su madre para interesarse por su estado.
Al terminar el desfile, Letizia fue vista tomando el brazo de Leonor, como si quisiera transmitirle un mensaje de respaldo en esta etapa crucial de su vida. Esta cercanía se hizo más evidente durante el besamanos donde la Reina fue presentando uno a uno a los 1.500 invitados a su hija Leonor.
El rey Felipe, la imagen de un padre orgulloso
El Rey Felipe VI mantuvo su compostura habitual, aunque su orgullo por su hija mayor fue evidente. En los momentos en que Leonor interactuaba con las Fuerzas Armadas, se observó cómo Felipe miraba a su hija con una mezcla de seriedad y orgullo paternal. Además, Felipe también aprovechó para interactuar con algunos de los militares presentes, lo que dio lugar a momentos distendidos y cordiales en medio del ambiente formal del desfile.
La Princesa Leonor, en particular, demostró estar cada vez más preparada para su futuro papel como Reina, y su familia no podría estar más orgullosa de su dedicación y madurez.