Que un rey abdique y renuncie a su corona, al poder y al trono no siempre es fácil ni sencillo. A comienzos de este año vimos hacer lo propio a Margarita II, que renunciaba a la corona de Dinamarca a favor de su hijo, el ahora rey Federico X (56 años) que se alzaba como rey del país junto a su mujer, Mary Donaldson (52 años) en una preciosa ceremonia donde todo el pueblo salió a las calles para apoyarles. Aunque se dice que esto fue la condición que puso Mary para perdonar a Federico por las fotos que se filtraron de éste junto a Genoveva Casanova por Madrid, lo que parece evidente es que para la reina no fue un paso fácil de llevar a cabo, ya que todo el mundo pensaba que acabaría sus días todavía sentada en el trono. Y hablando de abdicaciones, hoy es un día bastante señalado en nuestros calendarios, ya que se cumplen diez años desde que Juan Carlos I (86 años) decidió dejar la corona para abdicar a favor de su hijo, el Príncipe Felipe,
10 años de la abdicación del rey Juan Carlos I
Era un 2 de junio del año 2014 cuando el presidente del Gobierno en ese momento, Mariano Rajoy, anunciaba a toda la población que el Rey Juan Carlos I había tomado una de las decisiones más importantes de su vida y carrera, abdicar a favor de su hijo, el por aquel entonces Príncipe Felipe. Tras casi cuarenta años en el trono, esta decisión llegaba en un instante en el que la imagen del rey no estaba precisamente en su mejor momento, tal y como mostraban las encuestas, a lo que se sumaban ciertas polémicas relacionadas con otros miembros de la Familia Real.
El rey comunicaba esto a través de un emotivo discurso en el que quiso explicar las razones por las que había tomado esa decisión. Este expresaba sentir “orgullo y gratitud” hacia el pueblo español, un “orgullo por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido estos años”. Además, este creía que era el momento de que una “nueva generación” tomase el revelo, siendo el momento de que el Príncipe de Asturias asumiese su papel, siendo "más joven y con más energías". De hecho, Juan Carlos no dudó en alabar a su hijo, el que se convertía en rey de España: "el Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza".
Una decisión meditada
Al parecer, el monarca se había planteado esta cuestión en diferentes momentos, destacando el año 2012, pero tras verle casi incapaz de leer su discurso durante la Pascua Militar de enero de 2014, parece que el rey ya tomó su decisión final. El entonces jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno comentó que no se trataba de algo sencillo y que se había “madurado durante algún tiempo”, por lo que se trataba de algo bastante meditado por parte del rey. Aun así, este reconoció que el monarca "seguramente lo tuvo que pasar mal, pero es un hombre de una gran fortaleza psicológica y en ningún momento mostró dudas", añadía.
La fecha escogida para abdicar
Igual que se pensó mucho el acto de hacerlo, también se llegó a pensar mucho en qué momento hacerlo y llevarlo a cabo. Veníamos de las elecciones europeas, que habían sucedido el 25 de mayo de ese año, y el 2 de junio era una gran fecha pues sucedía justo antes de que entrásemos en verano, momento en que las Cortes harían su parón estival. Además de esto, se tuvo en cuenta el contexto social del momento y lo que estaba ocurriendo dentro de Palacio. Recordemos que España estaba pasando por una gran crisis económica, además de que se auguraba que se iba a acabar pronto el bipartidismo para dar paso a nuevas fuerzas políticas en el país, algo que finalmente ocurrió. Además, las últimas encuestas no dejaban precisamente en buen lugar a Don Juan Carlos, que cada vez contaba con más detractores, todo lo contrario a su hijo, el Príncipe Felipe, cuya imagen de cara al pueblo español era mucho mejor.
A esto se sumó una nueva polémica alrededor del monarca, y es su viaje a Botsuana para llevar a cabo una horrible cacería, viaje en el que tuvo un accidente y se fracturó la cadera, llegando a ser operado de urgencia cuando volvió a nuestro país. Cuando se supo todo lo relacionado con esta cacería, muchísima gente criticó al rey, que se vio obligado de nuevo a pedir disculpas en público, igual que hizo cuando se filtró por primera vez que tenía una amante, Corina Larssen, con su ya mítico: “Lo siento, me he equivocado”. En resumen, diez años desde que cambiamos de rey, un monarca que parece tener menos escándalos a su alrededor.