Margarita de Dinamarca ha tomado una histórica decisión que afecta directamente al núcleo duro de la casa real danesa. Al igual que otras monarquías que han optado por reducir su número de miembros, la soberana ha tomado el mismo camino ya que, a partir del próximo 1 de enero, los cuatro hijos del príncipe Joaquín tan solo podrán usar sus títulos de conde o condesa de Monpezat. Así, tal y como confirmó la institución en un comunicado, sus títulos de príncipe o princesa de Dinamarca desaparecerán.
Una decisión que ahora ha puesto el foco sobre Meghan y Harry, en un momento en el que el nuevo rey Carlos III acaba de llegar al poder. Cuando todavía era príncipe, el monarca ya expresó en más de una ocasión su deseo de que el número de personas que trabajan activamente para la casa real británica se redujese al máximo, hasta el punto de limitarse a los príncipes de Gales y sus hijos. Una ecuación que pone en una posición delicada a los duques de Sussex.
Meghan Markle y el príncipe Harry, junto a sus hijos Archie y Lilibet
Alejados de la familia real británica desde el 2020, el príncipe Harry ha continuado teniendo su título tras su partida a Estados Unidos. No ocurre lo mismo con sus hijos, que ahora se encuentran en el foco de todas las miradas, ya que el protocolo permite a los nietos del soberano hacer uso del tratamiento de príncipe.
Por el momento, los funcionarios del palacio de Buckingham no han confirmado si los hijos de Meghan Markle y el príncipe Harry, Archie y Lilibet, recibirán el tratamiento de príncipe y princesa. Una decisión que debe tomar el propio Carlos III, quien tiene la potestad de dar a sus nietos este título. Eso sí, todo parece indicar que el soberano seguirá los pasos de Margarita de Dinamarca y dejará a sus nietos sin este estatus.