Letizia (52 años) y Felipe (57 años) han visto por primera vez este 26 de febrero los retratos que la fotógrafa Annie Leibovitz les hizo para el Banco de España. La institución hizo públicas estas espectaculares instantáneas el pasado noviembre pero no ha sido hasta este mes cuando los Reyes han podido verlos en persona. Estas dos obras fueron encargadas para celebrar los primeros diez años de reinado de los padres de Leonor y las dos décadas de matrimonio de la pareja.
Unas fotografías que forman parte de la exposición 'La tiranía de Cronos', que ha estado abierta al público desde el pasado 27 de noviembre y que tenía previsto clausurarse el próximo 29 de marzo. Una increíble exhibición en la que además de los cuadros hay numerosos relojes de varias épocas a la que la revista Lecturas ha podido acudir un día antes que los propios monarcas.
El edificio de Cibeles del Banco de España, donde se alberga la exposición, ha tenido a los Reyes y Annie Leibovitz como invitados pero a lo largo de las doce semanas desde la inauguración la muestra ha recibido a casi 27.000 personas. Todo un éxito por el que el Banco de España ha tenido que tomar una decisión in extremis.
De martes a sábado, de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00, la exposición cuenta con visitas guiadas y la entrada, que hay que reservar con antelación, es totalmente gratuita. De hecho, con estas características y con el reclamo de los retratos de los Reyes como reclamos (que son los grandes protagonistas de una pequeña sala) la institución ha tenido que ampliar las fechas unos días más. Y es que si en un principio terminaba el 29 de marzo, finalmente el Banco de España ha querido que se prorrogue hasta el 31.
Lo cierto es que en esta muestra Letizia y Felipe no son las únicas figuras que se encuentran en la sala. Además de los preciosos y antiguos relojes de todo tipo, también se puede ver la del exgobernador, Pablo Hernández de Cos; obras como la que realizó Francisco de Goya al conde de Floridablanca y de Francisco de Cabarrús; el que llevó a cabo José Gutiérrez de la Vega en 1852 de Ramón de Santillán; o el que hizo del gobernador José Ramón Álvarez-Rendueles la artista madrileña Isabel Quintanilla en 1985, el primero firmado por una mujer.
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Felipe, Letizia y Annie en el Banco de España
Gtres
Tras el final de la exposición, muy aclamada por los ciudadanos (lo que quiere decir que la Familia Real causa mucho interés y que los índices de popularidad están creciendo), los cuadros de Letizia y Felipe formarán parte de la galería de efigies del Banco de España, un edificio diseñado por Eduardo Adaro y Severiano Sainz de la Lastra que ha sido objeto de sucesivas ampliaciones, la última a cargo del arquitecto navarro Rafael MoneoAbre en nueva ventana.
Entre sus cientos de pasillos, departamentos y salas de reuniones en las que hay vistas hacia la Gran Vía o Recoletos (también a sus preciosos patios interiores) se esconden además obras tan importantes e icónicas como el retrato de Isabel II de Murillo, el del rey Carlos III de Goya o cientos de tapices con años de historia. Y es que la colección que tiene esta institución es increíble y muy reseñable. Eso sí, de solo fácil acceso para los trabajadores y sus familiares.
La reacción de Felipe y Letizia a sus retratos
Estos retratos, muy criticados por muchos, costaron al Banco de España un total de 137.000 euros. Una cantidad que no se pagó en su totalidad en un primer momento. Y es que hubo que abonar primero un 20% de su trabajo el pasado 2023 y después un 80% cuando terminó la obra. Pero no solo eso, tal y como reveló la revista ‘Hola’, los derechos de imagen de estas instantáneas históricas están repartidos entre la instituciones y Annie Leibovitz.
Publicados el pasado noviembre, los Reyes han conocido en persona esta obra alrededor de las 11:00 de la mañana de este 26 de febrero. Tras el saludo protocolario, los padres de Leonor llegaban a la sala y se quedaban muy atentos ante la majestuosidad de sus propios retratos. Después de varios segundos de análisis y silencio, Letizia y Felipe, a los que se les veía totalmente emocionados, compartían gestos cómplices y confidencias.
Recordamos que aunque el monarca y su mujer tienen un retrato cada uno, que están enmarcados de manera individual en un marco en color dorado, la fotografía es solo una. Y es que esta obra está dividida en un díptico precioso pero que en la realidad solo forma parte de una composición.