Cuando Juan Carlos fue Letizia: así despreció la madre de la reina Sofía a su futuro yerno cuando le conoció

La reina Federica escribió en sus memorias cómo conoció al entonces príncipe Juan Carlos y cómo se gestó el matrimonio con su hija, Sofía de Grecia

José Confuso

Director digital de Lecturas

Actualizado a 16 de octubre de 2024, 14:31

GTRES
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“Al parecer, el príncipe Juan Carlos de Borbón se mostraba muy asiduo con Sofía, lo que no desagradaba a nuestra hija”. Las memorias de la reina Federica son un clásico de la literatura real. No es habitual que un monarca y jefe de Estado se sincere en primera persona -y si no, que se lo digan al rey Juan Carlos-, pero la que fuese reina de Grecia siempre fue un verso suelto. Desde el exilio y ya con su marido, el rey Pablo, fallecido, la reina escribió su vida.

Federica recoge en este volumen desde su niñez hasta los momentos más duros de la Corona. Los viajes a Reino Unidos y las protestas de los manifestantes, los insultos que recibía por la calle y el miedo de sentía sus hijas. La reina de Grecia narró todo, también los episodios más importantes para su familia. El matrimonio de su hijo Constantino -al que cariñosamente llama Tino- con Ana María de Dinamarca y, como no, la relación de su hija Sofía con el príncipe Juan Carlos.

Tiene los ojos negros, las pestañas largas, es alto y atlético y cambia de vez en cuando y como quiere su encanto personal”, descubrió cuando le conoció. Un retrato físico que eclipsaba a todo lo demás. Eso sí, Federica no se cortó nada en su retrato del que terminaría siendo el marido de su hija. “Nos horrorizó”, apuntaba sin tapujos. Y eso que, tal y como cuenta Pilar Eyre, Franco censuró hasta 50 páginas de las memorias para su edición en España.

Las palabras de la reina Federica sobre Juan Carlos, el novio de su hija Sofía

“A Palo y a mí nos encantó y nos horrorizó la noticia”, escribe la reina sobre el príncipe Juan Carlos. Es de sobra conocido que la reina maniobró para que su hija se acercase al príncipe español, aunque no era este el candidato soñado por la reina griega. “Nos encantó porque Juanito, como le llamamos familiarmente, es muy guapo y apuesto”. A la princesa Sofía le encantó Juan Carlos.

“Está muy orgulloso de ser español, pero posee la suficiente comprensión e inteligencia para perdonar con facilidad las ofensas y errores de los demás”, apuntaba en las memorias. “Juanito y sus padres pasaron el verano con nosotros en nuestra residencia estival de Corfú. Mentalmente Palo y yo nos echamos muchas veces las manos a la cabeza durante aquellas semanas, preguntándonos qué pasaría”.

La reina abrió las puertas de su casa a los condes de Barcelona para afianzar las negociaciones para el matrimonio de Sofía y Juan Carlos. En ese momento, el poder de los reyes griegos a nivel europeo no era poco. “Seguíamos sus divertidas conversaciones en la mesa como si fuesen el guión de una película cómica y disfrutábamos con sus travesuras y extravagancias”, escribe mientras relata las maravillas de aquellas noches en Cofre.

La realidad, posiblemente, iba por otro lado. Los reyes de Grecia recibirán al que iba a ser el rey de España pero sabían que la situación no sería sencilla. “Nos horrorizó, no porque nos desagradara personalmente, sino porque como es católico, sabíamos que antes de que se casara habría tremendas discusiones sobre esta cuestión, relativamente poco importantes”. Efectivamente, la boda tuvo que negociarse también para contentar a todos los estamentos religiosos, españoles y griegos.

La decisión de casar a Juan Carlos con Sofía

“En aquel feliz ambiente, Sofía y Juanito decidieron unir sus vidas para siempre”, escribe la reina. “Para nosotros fue una alegría inmensa aunque sabíamos que su decisión suponía la primera rotura de nuestra intimidad familiar. Pero comprendíamos que como era un verdadero amor nada se perdería ya que los nuevos afectos construidos sobre los viejos aumentan su valor”.

La familiaridad con la que trata la reina al entonces príncipe es palpable. En todo momento se refiere a él como Juanito y destaca su buena predisposición. Federica llevó las riendas de todo. “La boda de Sofía fue un acontecimiento extraordinario. Después de algunas conversaciones terriblemente difíciles con algunas personas que querían ser más papistas que el Papa, enviamos al Vaticano al señor Pesmazoglou, el más brillante de los abogados griegos”. Había prisa y muchos flecos que solucionar. Entre ellos, donde se iban a casar y por qué rito.

“Las autoridades pontificias confirmaron nuestro punto de vista de que estando de acuerdo los padres de ambos contrayentes que la boda se celebrase en Atenas”. El peso de los reyes de Grecia era evidente. “Fue un día radiante. Sofía estaba guapísima”, describe la reina en sus memorias. La boda fue el principio para la futura reina de España pero también el fin para mucho en Grecia. Para la propia Sofía, de hecho.

“Por primera vez, toda la familia tomó tranquilizantes”

Es, posiblemente, la frase más impactante con la que la reina Federica describe la boda de su hija Sofía con Juan Carlos. “Toda la familia tomó tranquilizantes, pues no queríamos entristecernos en aquel día feliz”, escribe. “Pero Sofía nos dejaba. No podíamos alejar de nuestras mentes este pensamiento y no tuvimos más remedio que hacerlo de un modo violento y temo que nada filosófico”.

No retrata la reina en sus memorias lo que pasó en el matrimonio de Juan Carlos y Sofía. Las veces que su hija acudió a su lado destrozada por las infidelidades o cómo ella misma y su hija Irene acabaron viviendo en España para estar cerca de la que fuese la princesa griega más querida. Aquel día radiante donde todos tomaron tranquilizantes acabó en un matrimonio que sigue en pie a pesar de que sus protagonistas no tienen relación desde hace más de cincuenta años.

"Una enorme cola era llevada por seis damas de honor entre las cuales estaban su hermana Irene, la Infanta Pilar, hermana de Juanito, la Princesa Irene de Holanda, la Princesa Alejandra de Kent y la mejor amiga de mis hijas, la Princesa Tatiana Radziwill. Seis jóvenes sostenían las coronas sobre las cabezas de los contrayentes. Mi marido estaba de pie detrás de Sofía y de Juanito, y en determinado momento de la ceremonia tomó en sus manos ambas coronas e hizo tres veces con ellas la señal de la cruz sobre las cabezas de los contrayentes. Fue un espectáculo emocionante", sentencia Federica.

Ahora, tantos años después, Sofía se aferra a sus mismas raíces. Son su hermana Irene y su prima Tatiana las únicas que están a su lado. Las personas de confianza que la arropan en estos complicados momentos en los los audios del rey Juan Carlos con Bárbara Rey se han convertido en el escándalo del año. Nadie podía pensar que el escarnio llegaría al punto de escuchar los desprecios de Juan Carlos a la que es, todavía, su mujer.

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