La muerte del duque de Edimburgo este vienes 9 de abril ha sumido a la casa real británica en una profunda tristeza. Además, también ha puesto en una situación de lo más delicada a algunos de sus miembros. Entre ellos, a los duques de Sussex, quienes tendrán que decidir si cogen un avión para volver de urgencia a Reino Unido, o el príncipe Andrés, quien lleva más de un año apartado de todos los actos oficiales después de que estallara todo el escándalo relacionado con Jeffrey Epstein.
En poco más de dos años, el duque de York ha visto como su figura pública se hundía. El que fuera considerado durante muchos años hijo predilecto de la reina Isabel II pasó a ser una persona ‘non grata’ a la que se le dejó de ver de la noche a la mañana.
El príncipe Andrés ha negado en todo momento que mantuviera relaciones sexuales con Virginia Roberts cuando ella era menor de edad, sin embargo, su desastrosa entrevista en la BBC terminó por enterrar para siempre su vida pública. Tanto es así, que su madre tomó la decisión de apartarlo de todas las funciones y, desde entonces, apenas existen imágenes suyas. Es más, no aparece ni en las fotografías oficiales de su hija Beatriz de York con Edoardo Mapelli el 17 de julio de 2020.
Por ello, la muerte de Felipe de Edimburgo ha puesto a su hijo en una situación de lo más complicada, ya que, si acude a despedirse para siempre de su padre, podría empañar su último adiós ya que todas las miradas se centrarían de él. Pero de no hacerlo, su ausencia también sería muy criticada. Una complicada decisión que se suma a la tristeza propia del duque de York, quien, al igual del resto de la casa real británica, ha hecho frente a la muerte de su padre.