El duque de Edimburgo mantenía una relación de lo más cercana con la casa real española debido a la amistad que existía entre ambas instituciones, pero también por el parentesco que el marido de Isabel II guardaba con la reina Sofía y con el rey Juan Carlos, ya que todos eran tataranietos de la reina Victoria. Es más, la madre del príncipe, Alicia de Battenberg, era prima hermana de Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII y abuela del Emérito.
Además de estos lazos sanguíneos, las dos parejas reales entablaron una estrecha relación y mostraron gran sintonía durante las visitas mutuas que se realizaron. Por ello, no es de extrañar que el rey Juan Carlos haya recibido la noticia de su fallecimiento este viernes 9 de abril como un auténtico jarro de agua fría desde su exilio en Abu Dabi.
El rey Juan Carlos va a tener que despedirse para siempre del duque de Edimburgo desde su exilio en Emiratos Árabes, debido a la decisión del propio marido de Isabel II de que no se celebrara un funeral de Estado. Aunque oficialmente tiene derecho a él, durante su vida siempre expresó su deseo de evitar el “escándalo” que esto supondría. Así, se realizará un acto privado e íntimo al que solo acudirá la familia del príncipe Felipe, además de sus amigos más cercanos.
Una decisión que hará que el rey Juan Carlos tenga que vivir este duro momento a distancia. Desde su retiro en Abu Dabi, el monarca sí que tendrá la posibilidad de mandar sus condolencias a la reina Isabel II al igual que ha hecho esta misma mañana en un comunicado la casa real española, en el que ha llamado especialmente la atención el tono cercano y cariñoso con el que se ha dirigido a la reina de Inglaterra.