Si por algo destaca la reina Isabel II en cada una de sus apariciones es por su atuendo. Casi siempre luce conjuntos de abrigos o chaquetas y falda que se caracterizan por el color. Su amplia colección de sombreros y sus bolsos nunca pasan desapercibidos. Una vestimenta que no elige por casualidad. Se trata de una tarea que cada día le lleva un rato y que realiza de una forma muy curiosa.
Un antiguo empleado del palacio de Buckingham ha desvelado cómo selecciona la soberana británica la ropa que va a lucir cada día. Lo primero que ha contado es que el armario de la reina no se encuentra en su dormitorio. Está ubicado en otro piso del palacio y ella apenas pasa por allí.
Los encargados de su vestuario le proponen varios conjuntos a través de bocetos y muestras en las que la reina puede comprobar el tejido y el color. Lo normal es que le den a elegir entre dos y sea ella la que tome la decisión final.
Una vez que ha decidido cuál se va a poner sus trabajadores se encargan de subir al vestidor y llevarle a su dormitorio el conjunto. De esta forma el guardarropa es una de las habitaciones del palacio que menos frecuenta la soberana.
Isabel II tiene claros algunos aspectos que no quiere que le propongan ya que nunca los seleccionaría. Uno de ellos es el color beige. Se trata de un tono que no le gusta lucir en su atuendo, ya que no es llamativo ni se siente identificada con él.