Charlene de Mónaco iba de la mano de sus dos hijos, Jacques y Gabriella, y no se separaba de ellos. Pendiente de ellos en todo momento, la princesa se dejaba deslumbrar mientras recorrían los diferentes espacios de la muestra Sitios Históricos Grimaldi, un encuentro en el que celebrar la historia y tradiciones del principado. Se trata de una feria joven, de apenas cuatro años, en la que los pprincipitos siempre tienen una participación activa. Al igual que sus tías, Carolina y Estefanía, que, sorprendentemente, han hecho coincidir sus agendas con la de su cuñada Charlene. Pero entre ellas 'ha corrido el aire', sin apenas complicidad ni interacción.
Mientras Charlene de Mónaco estuvo ausente de sus labores como princesa, primero debido a problemas médicos derivados por una operación y después por cansancio y agotamiento; Carolina se encargó de reemplazarla. La hermana del príncipe Alberto conocía a la perfección estas tareas, ¡llevaba desempeñándolas toda su vida! Primero como hija mayor de Rainiero y Grace Kelly y, a la muerte del soberano y ascenso de su hermano al trono, como su mano derecha. De ahí que, si va Charlene a un acto, Carolina no suele ir. Y viceversa. Así se reparten para poder llegar a todo. Pero esta feria, celebrada en el Place du Palais, las ha reunido en una preciosa jornada.
Los looks de Charlene y sus hijos
Al ser un acto oficial, pero de carácter muy informal, la princesa Charlene vestía el combo ideal que cualquiera copiaríamos un día normal de trabajo: pantalón ancho, tipo palazzo, fluido e ideal para no marcar y estar cómodas; y camisa de rayas verticales, en color verde bosque, a juego con sus pantalones. Un color muy acertado con su nuevo look. Y es que, desde hace algunas semanas, la princesa ha cambiado su habitual rubio platino, por una versión mucho más oscura. Ahora es castaña y todos los colores más aceitunados le sientan de maravilla.
Los gemelos iban cómodos, frescos e informales. Lo que se esperaría de unos niños de su edad. Tanto Jacques como Gabriella han optado por el blanco, ideal para un junio soleado como el que están teniendo en Mónaco y ambos protegidos por una gorra y un sombrero. De hecho, este es uno de los complementos favoritos de la pequeña.
Algunos de los momentos que los niños más disfrutaron fueron su encuentro con animales como caballos y aves rapaces. Charlene no se separó de su lado y les explicó absolutamente todo.
Carolina y Estefanía, bohemias
Las dos cuñadas de Charlene nos ofrecieron sus looks más relajados. Carolina con un vestido rojo estampado, mientras que Estefanía se decantó por pantalones blancos y camisa azul. Las dos se dejaron seducir por los puestecitos de artesanías, que miraron con muchísima curiosidad, así como por los desarrolladores de perfumes y de productos naturales de belleza.