Un día después de que Alberto de Mónaco (62 años) y su hijo Jacques disfrutaran de un plan 'de chicos' en la nieve, Charlene (45 años) ha reaparecido luciendo sus mejores galas y reafirmando que es la royal que más gasta en moda. El matrimonio ocupó el lugar presidencial de una ceremonia benéfica organizada por la fundación que lleva su nombre, y que tuvo lugar en el Ineos Club House de Courchevel (localidad al norte de los Alpes franceses). El objetivo no era otro que conseguir el máximo dinero para formar a los jóvenes y educarlos en la vida deportiva pero, sobre todo, ofrecerles los medios para alcanzar el más alto nivel.
Una vez más, Charlene de Mónaco acaparó todo el protagonismo de la velada. Para la ocasión, tiró la casa por la ventana con un auténtico vestidazo de la firma Akris, cuyo precio superaba los 6.900 euros.
Se trata de un diseño confeccionado en tul semitransparente negro y forro de seda beige con impresionantes bordados. Un modelo de cuerpo entallado, con escote cerrado y falda de vuelo, que concluía con un cinturón en crin negro, que acentuaba su cintura más si cabe. Al no llevar mangas, Charlene lo combinó de una forma muy elegante con un abrigo de largo hasta los pies en color negro. Un diseño sin solapas de la misma firma que rescató del fondo de su armario.
Apasionada del negro y los colores oscuros, sobretodo en invierno, Charlene ha vuelto a firmar un look de esos que se guardan en nuestra retina. La mujer de Alberto de Mónaco, que se mostró más seria que de costumbre, completó su outfit con unos sencillos salones al tono, y en este caso prefirió dejar el bolso en casa.
Quien si se ha mostrado muy alegre y feliz ha sido el príncipe Alberto, completamente recuperado del Covid que cogió hace solo unas semanas y que le obligó a perderse todos los actos previstos con motivo de Santa Devota.
El icónico corte pixie de Charlene y ¿sin maquillaje?
Abanderada del corte garçon en todas sus versiones, Charlene apostaba por un efecto wet sin nada de flequillo en un tono rubio impecable, tal y como nos tiene acostumbrados últimamente. Sin embargo, lo que ha llamado la atención en las imágenes compartidas por el perfil oficial de la fundación, es que la princesa de Mónaco posó ante las cámaras sin una gota de maquillaje o al menos es lo que parece... La mujer de Alberto de Mónaco optó por la naturalidad de su rostro con el simple uso de un poco de brillo en los labios que contrastaba sobre su tez blanca casi de porcelana.