Es posible que Charlene de Mónaco (46 años) sea una de las royals que más interés ha generado en las últimas décadas. Nacida con el apellido Wittstock, la historia de la princesa es, cuanto menos, peculiar. Su familia, de origen alemán, se trasladó a Sudáfrica cuando la esposa del príncipe Alberto era aún pequeña. A medida que crecía, se dio cuenta que su pasión eran los deportes, concretamente la natación. Su disciplina y perseverancia la llevaron a formar parte de grandes equipos, participar en varios torneos e incluso ser una de las atletas de los Juegos Olímpicos de Sídney del año 2000.
Fue precisamente en uno de estas competiciones donde la joven, de tan solo 22 años, conoció a su ahora marido, concretamente el campeonato de natación Mare Nostrum en Montecarlo en el año 2000. No sería hasta seis años después cuando se les vio juntos por primera vez y en 2011 tuvo lugar la gran boda con la que ambos sellaron su amor, garantizaban el futuro del Principado y, de paso, acallaban los rumores y polémicas que rodeaban a Alberto desde hacia tiempo.
El resto es historia. Poco después nacieron los mellizos, Jacques y Gabriella, se desataron los rumores de enemistad con Carolina de Mónaco y su bache de salud en 2021 cuestionaba que la princesa fuera feliz dentro de la Casa Real. No obstante, hay detalles que desconocemos de la vida de Charlene. ¿Cómo era antes de ser royal? ¿Qué le apasiona? ¿Cómo enfrenta su próximo cumpleaños? Rompiendo con su imagen distante y reservada, la cuñada de Estefanía de Mónaco ha abierto su corazón en una sincera entrevista para el medio francés 'Gala'.
La faceta de deportista de Charlene de Mónaco
Cuando se anunció el compromiso de Alberto y Charlene todos quisieron saber más detalles sobre la joven que iba a formar parte de la familia monegasca. Una de las cosas que más destacó de su vida fue que era nadadora profesional. Una etapa sobre la que se ha sincerado en dicha entrevista. "Yo era ante todo una atleta. Estaba entrenando para competir en los Juegos Olímpicos. Ese era mi objetivo", ha comentado Charlene. Un objetivo que hizo que "a veces, me sentí un poco aislada en comparación con otros adolescentes".
¿El por qué? "La natación ocupaba todo mi tiempo. Dediqué mis días, mis semanas, mi año a estar en mi máximo potencial", ha afirmado. De esta manera, la princesa se volcó al 100% en el deporte para ser la mejor y poder estar a la altura de las exigencias. Además, la natación le aportó valores que aún mantiene hoy en día, como "respeto, disciplina, confianza en uno mismo, compasión...".
Todo cambió cuando entró a formar parte de la familia real de Mónaco, pero jamás ha dejado de cuidar su cuerpo. "Camino, voy en bicicleta, también nado, pero no tanto como antes. Ya no practico tan intensamente como antes", ha reconocido, dejando claro que ya no entrena tan duro como antes.
"Hoy lo hago con moderación. Lo cual a veces es bastante difícil porque mi naturaleza es batir récords, ganar medallas, ir más allá de mis límites", ha admitido, recordando su pasado como atleta olímpica. "Con casi 47 años, ya no puedo hacer eso... Mi cuerpo ya no me lo permite, mi mente y mi corazón tal vez, ¡pero mi cuerpo dice que no!", ha insistido, señalando que incluso ella nota las limitaciones que van apareciendo a medida que se cumplen años.
Eso sí, algo que tiene claro, es que el motivo para hacer deporte no es para alcanzar un ideal de belleza. "Hoy en día tengo la impresión de que se busca la perfección física. Obviamente es inaccesible. La belleza es algo imperfecto. La belleza es ante todo la mente y el alma de una persona, y especialmente no la apariencia física", ha reflexionado.
Jacquez y Gabriella, los ojitos derechos de Charlene de Mónaco
Si algo caracteriza a Charlene es su actitud serena y calmada. Sin embargo, esa fachada se rompe cuando sus hijos mellizos, Jacques y Gabriella, están cerca. La esposa del príncipe Alberto no puede ocultar lo feliz que la hacen sus hijos, que en breves cumplirán 10 años. "El tiempo pasa tan rápido...", ha compartido con la citada publicación antes de destacar lo mucho que valora el tiempo con ellos. "Las conversaciones que puedo tener con Jacques y las que tengo con Gabriella son muy diferentes, al igual que el tiempo que paso con ellos", ha dicho.
De hecho, la princesa se animaba a revelar detalles de la personalidad de sus pequeños. "Gabriella es muy curiosa. Está muy intrigada por el mundo y la vida en general. Hace muchas preguntas y exige mucha atención. En cuanto a Jacques, es curioso y observador. Más reservado, es muy tranquilo por naturaleza", ha confesado. Una información que nos ayuda a perfilar a los que serán el futuro de Mónaco.
Eso sí, como todo padre y madre, Charlene reconoce tener muchos miedos en relación a ellos. "Como todos los demás padres, estamos un poco ansiosos pensando en los próximos años. Ya podemos imaginar a qué estarán expuestos...". Y es que, los príncipes son conscientes que el mundo en el que crecen sus pequeños es bastante diferente a aquel en el que crecieron. "Los niños están mucho más en contacto con los medios y la tecnología. Lo que ven y cómo procesan la información es muy diferente de lo que conocemos. Debo admitir que es mucha presión", ha contado.
El amor de Charlene de Mónaco por los animales
En el mencionado medio al que Charlene ha concedido esta entrevista se menciona que la princesa recibía a los periodistas franceses acompañada de sus tres chihuahuas, Harley, Tia y Ukita. "Son adorables, inteligentes y lo suficientemente pequeños como para llevarlos con nosotros a casi todas partes", decía, mientras los canes revoloteaban entre sus piernas. Además, tiene otro perro, Khan, que se trajo de Sudáfrica. "Es muy deportivo, vivaz, con un carácter muy fuerte", ha afirmado.
No son las primeras mascotas que tiene la cuñada de Carolina de Mónaco. "Cuando vivíamos en Zimbabwe, crecimos con dos perros, Rhodesian Ridgebacks. Nos protegieron y fueron una parte integral de nuestra familia. Mucho después recuerdo que también teníamos gallinas y varios animales de granja", ha revelado.
De esta manera, ya que desde muy joven "mi familia me sensibilizó sobre el bienestar animal y la lucha contra el maltrato que sufren. Siempre hemos amado y protegido a los animales". Una educación que ha impulsado su compromiso con varias iniciativas de defensa de los animales.
El nuevo rol de Charlene de Mónaco: el cargo que ha adoptado
Como princesa de Mónaco, Charlene preside varias iniciativas y eventos. Ahora, la joven ha sumado un rol más a su larga lista de cargos: presidente de la Federación Monegasca de Rugby. "La princesa Charlene siempre ha sido una apasionada del deporte, está comprometida con las generaciones más jóvenes y promueve la transmisión del valores del deporte que son importantes para ella, como la disciplina, el respeto y la inclusión". Obviamente, darle la presidencia de la federación es un paso lógico para todos los involucrados", se puede leer en el comunicado que emitió la fundación para anunciar este nuevo paso.
El objetivo de su presencia es "acompañar y apoyar a los equipos y a los voluntarios en la continuación de su trabajo en la federación y, como portavoz activa, contribuir a que el rugby monegasco brille en todas partes", aseguran. Una nueva faceta que demuestra que Charlene se encuentra en uno de sus mejores momentos.
"Está más fuerte, más tranquila consigo misma e irradia pura confianza en sí misma, especialmente en las citas en solitario", analizaban en el diario 'Bunte' hace algunas semanas. Es posible que esta seguridad en su papel y en ella misma haya sido el detonante para conceder esta entrevista, en la que hemos podido conocer un poco mejor a una de las royals más queridas.