Con la llegada de diciembre, el espíritu navideño comienza a inundar las calles. Aunque todavía quedan más de 20 días para el 24 de diciembre, los villancicos, luces y árboles han ocupado las calles. Una tradición que también ha llegado a la casa real británica, donde ya está todo preparado para vivir unas fiestas que en este 2022 serán muy especiales, ya que se trata de las primera de Carlos III como rey.
Con algunos cambios para la familia, como el hecho de que tras dos años volverán las Navidades en Sandringham y que Sarah Ferguson incluso está invitada, Carlos III está dispuesto a celebrar las fiestas por todo lo alto, tal y como demuestra la decoración que ya se ha colocado en los palacios que son propiedad de la familia real.
Como en todos los hogares, Carlos III ha engalanado los palacios para la ocasión. De hecho, la propia cuenta oficial de Instagram de la familia real británica ha compartido varias imágenes en las que se pueden ver lo bien que han quedado los árboles de Navidad en el castillo de Windsor y el palacio de Holyroodhouse.
Desde el 25 de noviembre y hasta el próximo 2 de enero, los visitantes podrán recorrer las estancias de ambos castillos con motivo de las fiestas, que incluyen algunas de las mejores piezas. Entre ellas, un árbol de seis metros de altura en el salón de San Jorge, que viene de uno de los parques de alrededor y cuenta con cientos de luces y adornos.
Esto no es lo único que los visitantes de los palacios van a poder ver, ya que en la Cámara de Waterloo se exhibirá una gran mesa con elementos decorativos de menaje que pertenecen a la Royal Collection, entre otros.
En la primera Navidad sin Isabel II, Carlos III ha querido dejar su propia imprenta en las fiestas. De hecho, según la ‘BBC’, estas serán “menos formales” e incluirán pequeños cambios. Uno de ellos es que se elimina el foie gras del menú, un alimento que está completamente vetado para el monarca. Lo que sí que está claro es que toda la familia real volverá al castillos de Sandringham, el lugar favorito de la reina Isabel II, pero al que durante sus últimos años no pudo volver por la pandemia y los problemas de movilidad.