Charlene de Mónaco ha vivido una auténtica metamorfosis en las últimas semanas. Después de un 2021 que estuvo marcado por sus ausencia de las grandes citas debido a la enfermedad que sufrió y que la obligó a quedarse en Sudáfrica, la mujer del príncipe Alberto ha resurgido de las cenizas y ha recuperado el ritmo de sus apariciones públicas. Un paso adelante que ha coincidido también con el paso atrás de su cuñada Carolina, quien en los últimos meses se había convertido en su sustituta ‘oficial’.
Mucho se ha hablado sobre que la relación entre Charlene y Carolina de Mónaco no es la mejor. De hecho, ambas llevan dos años sin coincidir en público. Este distanciamiento ha llegado al punto de que, cuando se pensaba que iban a aparecer juntas con motivo de la gala de la Cruz Roja en Mónaco, finalmente no fue así.
Una máxima de no coincidir en público que ha hecho que las cuñadas se hayan intercambiado los papeles en las últimas semanas. Si durante la ausencia de la mujer del príncipe Alberto, Carolina de Mónaco dio un paso al frente y se convirtió en su sustituta oficial, protagonizando una gran cantidad de actos, con su regreso, se ha visto obligada a volver a un segundo plano y que sea Charlene quien acapare todas las miradas tras recuperar su agenda oficial.
Así, parece claro que mientras más apariciones públicas realice Charlene, menos tendrá Carolina de Mónaco. Prueba de ello es que la hermana de Alberto se convirtió en la gran ausente de la gala de la Cruz Roja, en la que sí que estuvo su cuñada. Todo pese a que sí que había estado presente en la del año 2021 junto al resto de la familia.
Un cambio de papeles que, además, podría revivir la supuesta mala relación entre las cuñadas, sobre la que tanto se ha hablado y que ha provocado más de una tensión dentro de la familia Grimaldi, hasta el punto de no querer coincidir en público.