Cada verano, el Palacio de Marivent se convierte en el refugio de la reina Sofía (84 años). Ese escenario que durante años fue sinónimo de felicidad y unión familiar. Una unión de la que ha hecho gala durante el paseo que hoy ha dado por Mallorca con la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Las cuatro han pasado una tarde de lo más distendida para la que la reina Sofía ha elegido un look con el que ha ido a lo seguro. La madre de Felipe VI ha optado por básicos de verano de esos que jamás fallan. Una blusa holgada en color azul marino, unos pantalones blancos y unas alpargatas a juego con la blusa, han sido su elección. Doña Sofía cuenta con muchas prendas relajadas en su fondo de armario, y siempre que la ocasión lo permite, recurre a ellas para ir cómoda sin perder un punto de elegancia.
Además, ha vuelto a demostrar que unas alpargatas son la mejor opción para esta época del año y para planes como este. Doña Sofía cuenta con una amplia colección de este calzado que tanto lucen tanto la reina Letizia como sus hijas.
También hay que destacar los accesorios que la reina Sofía ha elegido para su paseo por Mallorca. Un bolso de lo más veraniego y sus inseparables collares han puesto otro toque de lo más relajado al estilismo. Además, ha llamado la atención que la madre de Felipe VI haya llevado su teléfono móvil colgando.
En cuanto a sus gestos, la reina Sofía se ha mostrado encantada de compartir tarde con su nuera y con sus nietas. Con ellas ha hablado de forma distendida, se han parado en algunas tiendas y han intercambiado comentarios sobre la ropa que han visto, y han caminado agarradas del brazo para hacer gala de su unión. Un plan en el que el gran ausente ha sido el rey Felipe porque se encuentra en París con motivo de los Juegos Olímpicos.
Los dos pilares inquebrantables de la reina Sofía en Mallorca
Aunque la reina Sofía siempre ha sido muy hermética con su vida privada, no es ningún secreto que su hermana Irene y su prima Tatiana han sido los pilares más importantes de su vida. Una unión inquebrantable que veíamos hace unos días en la cena familiar que los reyes organizaron en Mallorca.
Con la muerte de su madre, la reina Federica, doña Sofía pensó que lo mejor era que la princesa Irene, que por ese entonces tenía 39 años, se instalase con ella y toda su familia en Zarzuela. Una decisión que marcaría no solo el futuro de la princesa griega sino de la reina emérita, ya que desde ese mismo momento se convirtieron en inseparables. Irene, siempre en un segundo plano casi invisible, ha acompañado a su hermana mayor en infinidad de actos públicos. Pero no solo eso, la tía 'Pecu', como es conocida en su entorno más íntimo, siempre ha contado con el cariño de todos sus sobrinos y los hijos de estos.
La relación que le une a su amiga Tatiana es muy similar. Como hermanas, crecieron juntas y se convirtieron en grandes confidentes. Se dice que estuvo a punto de casarse con Harald de Noruega, pero su amor por el cardiólogo Enrique Fruchaud cambió su destino. "Tatiana y yo hemos sido siempre muy amigas. Íntimas. Antes de casarnos, después de casarnos… Ella fue dama de honor en mi boda y aunque ahora vive en París, nos vemos muy a menudo y todos los veranos vienen a Marivent", confesó la emérita en la biografía autorizada que escribió Pilar Urbano.
Tanto Irene como Tatiana están atravesando un momento de salud muy delicado, prueba de ello es que ambas aparecieron en silla de ruedas. Esta situación, ha sumido a la reina Sofía en una profunda tristeza. Consciente de sus limitaciones, lo cierto es que no imagina su vida sin ellas.