‘En la sombra’, las memorias del Príncipe Harry (38 años), han dinamitado los pocos puentes que le podían quedar con la familia real británica. El marido de Meghan Markle (41 años) ha sido de lo más explícito en esta biografía novelada y no ha hablado abiertamente de su mala relación con su hermano, la toxicidad que siempre ha impregnado la unión con su padre y las ridículas normas de la corona. “La que se ha armado”, ha dicho Ana Rosa Quintana (66 años) al descubrir solo algunos de los titulares del libro.
La presentadora lo tiene clarísimo. Para ella, el príncipe Harry es “un niñato”. Ana Rosa Quintana no entiende el empeño de este padre de dos hijos de seguir hablando de la institución a la que tanto le debe. Ella considera que “si estaba incómodo, debería haberse ido y callarse”; puesto que, de este modo, no habría perjudicado a su hermano, heredero al trono. El libro le parece todo un ejercicio de “victimismo”, y más viniendo ahora, que ha montado su vida en California, alejado de los Windsor, pero viviendo de ellos de la crítica a ellos. Y es que, aunque Meghan y Harry decidieron ser independientes de la corona, lo cierto es que continúan ganado dinero a costa de esta.
Harry pone en su contra a la opinión pública
A pesar de que los episodios narrados en las memorias son de lo más dolorosos para el duque de Sussex, pocos empatizan con él. Un niño perdido sin su madre, que hasta se niega a creer que haya muerto su progenitora, y que piensa que está escondida del mundo en un lugar remoto, que no recibe un solo abrazo y al que no se le permite demostrar en público su dolor. Que se le prohibe el llanto. Y, a pesar de eso, pocos encuentran en sus palabras la pena que él pretende hacer llegar. Porque, más adelante, Harry dispara en todas las direcciones, su padre, su hermano, hasta su propia cuñada. No se responsabiliza de nada. Habla con frialdad de las muertes provocadas durante su etapa en el ejercito, culpa a los demás de sus equivocaciones, desde su consumo de drogas, hasta de su polémico disfraz de nazi (“contaba con la aprobación y visto bueno de Guillermo y Kate”). No asume ni un solo error cometido. Como si fuera una mera marioneta, en una actitud absolutamente victimista con la que la audiencia no logra conectar.
No es la primera vez que le sucede. En diciembre, cuando estrenó su documental junto a su esposa Meghan, la opinión pública les dio la espalda. A pesar de que fue uno de los productos más vistos, lo cierto es que la audiencia no entendía a esa pareja que se lamentaba en pantalla. La crítica lo tachó de “parcial y selectivo”. Además, la prensa británica desmanteló muchas de las afirmaciones que el matrimonio realizaba en la serie, demostrando que habían contado verdades a medias.