Para Amalia de Holanda, Madrid no es una ciudad más. Cuando su seguridad estaba en riesgo por las amenazas de secuestro de la Mocro Mafia, un grupo organizado dde los Países Bajos, la capital de nuestro país la acogió con los brazos abiertos. No solo eso, sino que nuestros reyes, Felipe y Letizia, estuvieron muy pendientes de la joven. Este Este gesto de los monarcas con la heredera al trono holandés consolidó el vínculo existente entre ambas Coronas.
Amalia jamás olvidará el año que vivió aquí, donde pudo continuar con sus estudios y disfrutar de sus años de juventud sin ningún temor. Es por eso que, en 2024, quiso tener un gesto simbólico con la ciudad que se había convertido en su hogar: promovió la de un jardín de tulipanes en la Plaza de Oriente, junto al Palacio Real.
"Debido a circunstancias especiales, pude vivir en tu hermoso Madrid durante un año. El caluroso cariño con el que fui recibida ha hecho que, por un tiempo, también podría convertirse en mi hogar. Por eso quiero dar las gracias a Madrid, a su gente y a todos los que lo hicieron posible. Como resultado, llevo a tu ciudad un pedazo de esplendor floral holandés en la hermosa Plaza de Oriente", expresó en aquel entonces.
El estilismo primaveral de la princesa Amalia en Madrid
Después de una cancelación de última hora este fin de semana, Amalia ha podido conocer su jardín. Acompañada del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la princesa ha podido ver de cerca los tulipanes y se ha tomado varias fotos con el monumento. La hija de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda se ha mostrado muy natural y agradable, saludando a los allí reunidos.
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Aprovechando el buen tiempo que hace en la capital, Amalia ha dado la bienvenida a la primavera con precioso vestido estampado de la firma Ba&sh. Con escote en V y aberturas bajo el pecho, el modelo Batsa ha destacado por su falda de cinco paneles de la prenda y el drapeado fluido que daba mucha movilidad a la heredera al trono. Según la página web de la marca, su precio es de 275 euros y proponen combinarlo con unas botas y un maxi bolso.
Algo que Amelia ha seguido parcialmente. La joven ha lucido unas botas de color burdeos de la marca Gianvito Rossi que pertenecen a su madre, Máxima de Holanda. Un bolso de la misma tonalidad de Natan que lucía al hombro hacia que la combinación entre los accesorios fueran impecables.
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En cuanto a joyas, la princesa ha querido dar visibilidad a las marcas españolas con unos pendientes en forma de aro ondulados de plata de la firma Aristocrazy. También ha lucido un brazalete ancho en la muñeca y varios anillos.
El discurso frente a los tulipanes
La princesa Amalia no solo ha visitado el jardín de tulipanes en su nombre, sino que ha querido pronunciar unas palabras. "Señor alcalde, Madrid es una segunda casa para mí, especialmente en un tiempo tan difícil en Holanda y en una manera muy holandesa, queremos agradecer a todo el mundo que han asegurado mi seguridad y bienestar aquí", decía la joven frente a la mirada sorprendida de los curiosos.
No es de extrañar, ya que este acto no se encontraba en la agenda oficial de la Casa Real de los Países Bajos ni tampoco en la de Almeida. El motivo de este secretismo era garantizar la seguridad de la princesa. De hecho, el acto iba a tener lugar este fin de semana, pero se suspendió de forma inesperada.
Las amenazas para su seguridad
A pesar de su corta edad, Amalia de Holanda ha tenido que hacer frente ha situaciones muy complicadas. Como hemos comentado, la joven vio como su libertad se veía coartada por las amenazas de la Mocro Mafia, que aseguraba querer secuestrarla. Tuvo que encerrarse en Palacio, renunciar a parte de sus estudios y vivir rodeada de seguridad. Unas circunstancias que empujaron a sus padres a enviarla a España para protegerla de esos delicuentes.
Además, a finales de 2024, salió a la luz otra amenaza para su seguridad. El portal alemán 'Bunte' informaba de que el acosador de la princesa había salido de la cárcel. En 2016, Wounter G., un exsoldado holandés, desarrolló una obsesión enfermiza por la hija de Máxima de Holanda.
Mensajes inapropiados, amenazas graves y un intento de allanamiento en Villa Eikenhorst en Wassenaar, donde entonces vivía la familia real holandesa. Cuando fue detenido, el hombre aseguró que él y la joven estaban en una cita. Algo que sin duda incrementó las preocupaciones por su salud mental.
Finalmente, en 2020, Wounter fue detenido definitivamente y se le condenó a tres meses de prisión, seguidos de tratamiento psiquiátrico tras ser diagnosticado con esquizofrenia, según el citado medio. Ahora, tras demostrar una clara mejoría y prometiendo tomar sus medicamentos, el juzgado ha considerado adecuado liberar al exsoldado justo un día antes del cumpleaños de la princesa.