La hija mayor de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly sopla 60 velas. De Carolina de Mónaco hay muchas cosas que contar, pues desde su nacimiento se convirtió en todo un icono. Gracias a su elegancia y belleza natural, con apenas 16 años, la revista ‘Time’ empezó a llamarla “la novia de Europa”.
Sin embargo, Carolina muy pronto empezó a acaparar titulares por los muchos escándalos y tragedias que tuvo que afrontar a lo largo de su vida. Con apenas 20 años pasó por el altar por primera vez de la mano de Philippe Junot. El matrimonio estaba ‘gafado’ desde el comienzo, pues ni Rainiero ni Grace Kelly daban el visto bueno a la unión de esta pareja que, finalmente, solo estuvo casada durante dos.
El matrimonio no consiguió ser feliz, pues en ese periodo de tiempo se llegó a saber que Carolina, todavía casada, había mantenido una relación con el tenista Guillermo Vilas. Conseguido el divorcio, parecía que las cosas se calmaban en la casa real monegasca cuando, el 13 de septiembre de 1982, Grace Kelly fallecía tras sufrir un accidente de coche.
Este gran varapalo cambió mucho a Carolina, que dejó atrás su etapa de amantes para centrarse. Fue poco después cuando comenzó a salir con Stéfano Casiraghi, con quien se casó a finales del año 83 y con quien tuvo a sus tres hijos, Andrea, Carlota y Pierre. Y, cuando volvía a ser feliz, Carolina de Mónaco tuvo que vivir otra gran tragedia, la inesperada muerte de su marido en un accidente náutico.
A partir de ese momento Carolina no volvió a ser la misma, se recluyó en un pequeño pueblo francés, Saint-Remy, en donde se dedicó a criar a sus tres hijos.
Su tercer amor llegó con la madurez y de la mano de Ernesto de Hannover. El príncipe alemán y la monegasca se casaron en 1999, el mismo año en el que nacía su cuarta hija, Alejandra, duquesa de Brunswick y Luneburgo y princesa de Gran Bretaña e Irlanda.
Sin embargo, este no fue el final feliz para Carolina, que hoy sopla las velas como mujer soltera, pues a pesar de haberse separado nunca se llegó a divorciar de Ernesto.