Consciente de que su papel protagonista en la boda de su hijo Íñigo Onieva con Tamara Falcó iba a dar qué hablar, Carolina Molas (53 años) jugó a lo seguro cuando confió su look de madrina en el veterano diseñador Lorenzo Caprile. La empresaria se reunió con el modisto y su equipo creativo para dar vida a un vestidazo que aunara elegancia, sofisticación y buen gusto. Y vaya si lo consiguieron...
Con permiso de Isabel Preysler, Carolina Molas se alzó con el título de una de las invitadas mejor vestidas de la boda y todo gracias a una auténtica joya en forma de vestido que realzó su ya innata elegancia.
Gracias al perfil de Instagram del taller de Lorenzo Caprile hemos podido conocer algunos detalles de cómo fueron esas primeras pruebas de vestuario. Desde las primeras puntadas a cómo poco a poco fue adaptándose a la espectacular figura de la empresaria. Momentos muy especiales en los que el popular modisto participó activamente, tal y como se puede ver en las imágenes. ¡Dale al PLAY!
Favorecedor plisado y delicada pedrería: Todos los detalles del vestido de madrina de Carolina Molas
La madre del novio estaba sencillamente espectacular con un vestido confeccionado en gasa de seda azul marino con un favorecedor plisado, escote en V y delicada pedrería en la cintura que creaba un efecto 'cintura de avispa' dando paso a una falda fluida con mucho movimiento.
Aunque era un diseño para lucir en pleno mes de julio, Carolina quiso añadirle mangas, para un mayor confort personal. Semitransparentes y ligeramente abullonadas acabadas en puño, que nacían de unas originales hombreras fruncidas.
Aunque ha sido muy criticado que la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha sido patrocinada al completo, desde el atelier han querido dejar muy claro que Carolina pagó el trabajo como una clienta más. La madrina completó su lookazo con sandalias plateadas y bolso a juego. Respecto al peinado, optó por un elegante semirecogido con la melena ondulada y un mechón suelto para un efecto más fresco y natural. Eso sí, no se separó del abanico, hecho en exclusiva para ella a juego con el tono del vestido.
Carolina Molas no fue la única que se decantó por Lorenzo Caprile para esta multitudinaria boda. Xandra Falcó, hermana de la novia, también recurrió al modisto español para su vestido. En su caso, un precioso diseño de color rojo que tampoco pasó desapercibido para nadie.
El primaveral diseño de Isabel Preysler para la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
El vestido de Carolina Molas no ha sido el único que ha despertado interés y ha sido analizado con lupa. Isabel Preysler (72 años), otra de las grandes protagonistas del gran día, deslumbró con un diseño de Carolina Herrera, con una inspiración muy primaveral. La prenda, que dejaba los hombros de Isabel al descubierto, destacaba por una enorme flor en el escote y con un estampado muy floreado de colores vivos. El diseño, que rondaba alrededor de los 4.433 euros, estaba tejido en tul mórbido y se ajustaría a la silueta de Isabel.
Aunque no era la madrina de la boda, la 'rivalidad' con Carolina Molas era evidente. Ambas son dos mujeres elegantes y sofisticadas que sorprenden con sus estilismos y nunca dejan indiferente. Por ello, la expectación por descubrir cómo eran sus vestidos acaparó buena parte de la atención. Eso sí, Isabel no quiso desvelar ni una sola pista de su diseño y, por ello, llegó a la finca con un vestido tipo túnico con motivos floreados, navajos y colibríes.
Isabel Preysler y Carolina Molas dan un paso atrás a horas de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
A pesar de esa 'rivalidad' estilística, parece que ambas coinciden en algunas cosas, como la decisión que tomaron en la preboda de la pareja. Ni Isabel ni Carolina acudieron al Hotel Ritz con el resto de invitados a esa fiesta previa. ¿Las razones? Pueden ser varias. Por un lado, podrían haber tomado la determinación de no acudir al hotel Ritz para quedarse en casa descansando para estar al cien por cien en la boda de sus hijos. Por otra parte, podrían haber decidido no ir al evento para así dejar todo el protagonismos a los novios y al resto de invitados. Ambas saben que allá donde hagan aparición, van a eclipsar, así que esto también podría haber influido en su decisión.