Carmen Borrego (56 años) y Terelu Campos (58 años) habrían querido que la incineración de su madre, María Teresa Campos, fuera a primera hora de la mañana de hoy, para que fuera menos doloroso y tener, cuanto antes, las cenizas de la presentadora junto a ellas. Pero no pudo ser. El tanatorio de La Paz, que albergó el último adiós a la gran dama del periodismo, les dio hora para las 11:45 y ellas, a eso de las 10:30 de la mañana llegaban a Tres Cantos para acompañar al cuerpo de la matriarca en este íntimo momento. Carmen Borrego acudía al tanatorio acompañada de su hija Carmen Almoguera y, casi sin fuerzas, agotada por el cansancio acumulado de estos intensos días, volvía a dar las gracias por los gestos de cariño.
Los planes inmediatos de la familia pasan por tener, cuanto antes, las cenizas de María Teresa Campos, y después, más adelante, trasladarlas hasta Málaga, donde reposarán para siempre junto a las de la madre de la presentadora, que también falleció un 5 de septiembre, pero de 2006. El acto de esta mañana, la incineración de la periodista, se llevará a cabo en la más estricta intimidad familiar. Carmen Borrego, Terelu Campos, Gustavo, los nietos de María Teresa y los familiares llegados desde Málaga serán las personas que estarán presentes en el último adiós a la comunicadora.
Gustavo, a su llegada al tanatorio, volvía a destacar la enorme generosidad que María Teresa Campos siempre había tenido con todos. Una virtud que el chófer ha estado destacando desde que ayer se produjo la capilla ardiente de la presentadora. Él fue casi un hijo más para ella. No se separó de su lado y siempre fue su mano derecha, casi un confesor para ella.
Otra persona cercanísima a María Teresa Campos y que también ha estado apoyando a sus hijas en el duelo, ha sido Belén Rodríguez, que llegaba al tanatorio minutos después de la llegada de Carmen. En el pasado, las dos mujeres habían protagonizado un agrio distanciamiento, pero, a raíz del empeoramiento del salud de la presentadora, Belén no dudó en acercarse hasta el hospital donde estaba ingresada y darle todo su cariño. Ahora, con las rencillas de lado, la colaboradora se centra en acompañar a la familia en este durísimo trance.
Alejandra Rubio era una de las últimas en llegar y lo hacía con el gesto cansado. Han sido días duros para la familia y el agotamiento empieza a pesar. A la salida de la cremación, llevaba en la mano una rosa amarilla, una de sus flores favoritas. La joven colaboradora, que ha tenido palabras para la prensa en todo momento, hoy ya le costaba articular palabra.
También muy cansada, Terelu Campos, que ha rehusado entrar por la entrada principal para, de este modo, no tener que dar declaraciones a la prensa. Ella ya dijo todo lo que tenía que decir en su comparecencia ayer ante las cámaras, donde destacó el duro camino que les ha tocado transitar con la enfermedad de su madre, pero el tremendo cariño que le brindaron hasta el final. María Teresa Campos se marchó rodeada del amor de todos los suyos y eso ha sido un auténtico bálsamo para todos; tanto para la presentadora, como para sus descendientes.