En el plató de 'Supervivientes' están los ánimos que arden. Hasta el punto de que hay más actividad y frenesí en Madrid del que padecen los robinsones en Honduras entre tormentas y peleas. La última gala de 'Supervivientes: Tierra de Nadie' también tuvo esta semana un huracán en forma de colaboradora: Mila Ximénez.
La finalista de la pasada edición del reality pisó por fin el plató del debate para decir la suya. Ella, como superviviente máxima y una de las concursantes que más alegrías han dado al público en toda la historia del programa, debería ser presencia fija en el plató de Madrid. No solo por la cantidad de expriencia que puede aportar, sino por la cantidad de titulares y zascas que reparte desde que se sienta hasta que se va. Si hay alguien que se gana el sueldo, es ella.
Como siempre, Mila llegó con fuerza. Segura de sí misma, gracias a esa operación que se realizó hace unas semanas que no solo le rejuvenecido el rostro sino que también parece que le ha reavivado el ánimo, empezó el programa con las espadas en alto. Las responsables: Carmen Borrego y Rosa Benito, dos de las colaboradoras habituales de las galas que en esta ocasión optaron por 'hacer campana' y faltaron a su cita semanal con el programa.
Antes de que las sospechas cayeran sobre sus hombros, Mila ha sido clara: "Yo no he vetado a nadie. No habéis venido porque no habéis querido y os lo podéis permitir".
Parece ser que la entrevista que concedió Mila a LECTURAS hace unos días desde Marbella ha hecho mella en la hija de María Teresa Campos y la cuñada de Rocío Jurado. En ella Mila, con su sinceridad habitual, dejaba claro la opinión que tiene de ambas.
En aquella entrevista, Mila dijo de Carmen Borrego: "Con Terelu ahora no tengo una relación cercana, pero no tengo nada contra ella. Contra Carmen sí tengo. Es una mentirosa y es mucho más lista que Terelu. ¡Esa sí que es una superviviente'! No tengo buena relación ni la voy a tener nunca".
Y de Rosa Benito, en relación a su nueva relación de abierta cordialidad con Antonio David con quien comparte plató en 'Supervivientes' (cuando la Venenito se presenta) dijo: "Cuando las ganas de comer aprietan, ni a los vivos ni a los muertos se les espera. Rosa no tiene nada contra su sobrina Rocío Carrasco, solo quiere estar en el círculo de su exmarido porque lo que quiere Rosa es volver con Amador. Esta familia no me interesa nada, están desdibujados. Esto es lo que les puede pasar también a las Campos, que pierdan valor mediático".
Unas declaraciones que, a la vista del plantón que dieron las dos rubias al programa, no les hicieron ni pizca de gracia.