Cuando pensamos en Carlos de Inglaterra y Camila Parker, uno puede quedarse con la versión centrada en las infidelidades del primero a su primera mujer, Lady Di, pero en el día de su décimo aniversario de bodas preferimos quedarnos con el lado más romántico de su historia.
El 9 de abril del 2005, Camilla y Carlos decidieron dar el paso que los unió en feliz matrimonio. No era la primera boda para ninguno de los dos; él, como ya hemos dicho, estuvo casado con Diana Spencer, y ella, con Andrew Henry Parker Bowles. Los albores de su relación se remontan a los años 70, cuando su romance se vio zanjado por la decisión de Camilla de casarse con otro hombre. Ella no podía seguir esperando a que Carlos se atreviera a hacerle la gran pregunta, así que rompió su romance con él. Aunque el vínculo que existía entre ambos era demasiado fuerte como para que se acabara de la noche a la mañana. Los dos, cada uno con pareja, siguieron recordando con anhelo aquel primer amor que los marcó de por vida.
Divorcios, escándalos y la muerte repentina de Diana marcaron la década de los 90. Camila y Carlos no podían evitarlo, sentían una gran conexión que les hacía estar muy cerca, y aunque la versión oficial dice que entonces sólo eran amigos, la princesa Diana llegó a decir en una entrevista que durante todo su matrimonio siempre fueron tres.
Tener el favor del pueblo británico era muy importante para Carlos antes de convertir a Camilla en su nueva esposa, por eso, se lo tomó con calma. Hasta que el luto por el trágico fallecimiento de la princesa Diana en 1997 no pasó, el príncipe no alimentó el odio hacia su nueva pareja. Sabía que si Camilla y él se convertían en marido y mujer sin que hubiera pasado un tiempo prudencial, se pondría a todos los británicos en su contra. Pero llegó 2005, 8 años después de que la vida de todos los Windsor cambiara para siempre, y Carlos y Camila por fin se convirtieron en los duques de Cornualles.
Ahora que cumplen sus bodas de aluminio, el panorama que el matrimonio tiene ante sí es totalmente diferente. La discreción de ella gusta y la manera en la que ejerce de consorte también. No pretende ser protagonista, los tiempos en los que su nombre iba ligado al escándalo ya quedaron atrás.
Con una fotografía tomada el mes pasado en el hogar escocés de la pareja, Birkhall, la casa real ha brindado por estos diez años de felicidad matrimonial. En la instantánea los vemos sonreír y charlar animadamente durante un paseo por el campo. Es en este apacible hogar donde Carlos y Camilla pasarán el día de su aniversario, sin hacer nada especial salvo estar, al fin, juntos. ¡Y pensar que podrían haber cumplido 45 años de relación! La felicidad parece que tardó en llegar, pero, al final, se ha terminado instalando en sus vidas.
Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS