En 1970, en un partido de polo, Camilla Bash, de 26 años, conoció al príncipe Carlos, 16 meses menor. La bisabuela de ella, Alice Keppel, había sido la amante del tatarabuelo de él, el rey Eduardo VII. De hecho, ese día Carlos bromeó con esta curiosidad del pasado, sin saber que ellos mismos iban a repetir la historia.
Camilla (Londres, 10 de julio de 1947) es hija de un condecorado militar, Bruce Shand, y de la aristócrata Rosemary Cubitt. Tras terminar sus estudios en un internado suizo, fue presentada en sociedad. No era la más guapa, pero su buen humor y su perenne sonrisa le granjearon numerosos pretendientes.
El elegido fue Andrew Parker Bowles, un oficial de caballería cuya familia estaba excelentemente relacionada con la Casa Real. Ella ya estaba prometida cuando conoció al príncipe de Gales en aquel partido de polo, pero ello no impidió que tuvieran muchísima química. Empezaron a intimar, pero en su camino se cruzó el obligatorio viaje de ocho meses que debía realizar Carlos con la Royal Navy. Ella, sin ninguna propuesta en firme del príncipe, siguió adelante con su compromiso con Andrew Parker Bowles y se casó con él el 4 de julio de 1973. Carlos, dicen que entristecido, no acudió al enlace.
Dos hijos con Andrew
Camilla y Andrew tuvieron dos hijos: Thomas (nacido en 1974), del cual Carlos fue el padrino, y Laura (1978). Tras el nacimiento de su hija, Camilla reinició su relación con Carlos, que por entonces se comprometía con Diana Spencer. Como diría Lady Di años después “en aquel matrimonio eran tres”, pues Camilla nunca desapareció de los afectos de Carlos.
En noviembre de 1992 se precipitaron los acontecimientos. Se filtró a la prensa una conversación telefónica de altísimo voltaje erótico entre el príncipe de Gales y su amante. Un mes después, Carlos y Diana se separaban. Camilla y Andrew Parker Bowles inician los trámites de divorcio. En junio de 1994, Carlos admite en una entrevista televisiva su affaire con Camilla. En noviembre de ese mismo año, es Diana quien acude a televisión. Ante el tono de vodevil y el daño que todo ello causaba a la Monarquía, Isabel II pegó un puñetazo sobre la mesa y pidió que Carlos y Diana tramitaran con urgencia el divorcio, cosa que hicieron.
Camilla era la mujer más odiada
Tras la muerte de Diana en 1997, Camilla era la mujer más odiada de Gran Bretaña; lo decían las encuestas y lo evidenciaban las cartas de los lectores a los periódicos. La rehabilitación de su imagen fue un proceso lentísimo, al igual que la aceptación de su relación con Carlos por parte de la Reina. En agosto de 1996, acudió a las vacaciones de verano de la familia real en Balmoral, pero pasarían tres años hasta que Carlos y ella posaran juntos en un acto oficial y dos más para que se dieran su primer beso en público. El momento clave, el que cambió cómo era percibida por el público británico, fue el funeral por la Reina Madre en abril de 2002, al que Camilla asistió como una más de la familia real. Dos meses después, figuraba en el palco desde el cual Isabel II saludaba a sus súbditos con motivo del Jubileo.
Se casaron en 2005
Camilla y Carlos anunciaron su compromiso en febrero de 2005 y se desposaron el 9 abril, un día más tarde de lo previsto, dado que el príncipe de Gales tuvo que acudir al funeral de Juan Pablo II. El príncipe Guillermo ejerció de testigo. Camilla se convirtió en princesa de Gales, título que parece ser que no le gusta utilizar, así como en duquesa de Cornualles, condesa de Carrick, baronesa de Renfrew, vizcondesa de Chester, Lady de las Islas y Gran Administradora de Escocia. Si algún día Carlos sube al trono, Camilla, por su propio deseo, será princesa, no reina consorte.
Camilla, tras su entrada en la familia real, empezó a acudir a actos oficiales en solitario, sobre todo relacionados con la Sociedad Nacional de Osteoporosis, de la que es presidenta. Su padre había fallecido de esta enfermedad. Un acto del que estuvo notablemente ausente fue la ceremonia del décimo aniversario de Diana. En 2011, junto a Carlos, estuvo de visita oficial en España.