Sabíamos que era la noche de Rosa Benito, pero ni eso tuvo. Normalmente, cuando un expulsado sale de GH VIP, tiene derecho a réplica el domingo en el Debate y el martes en Límite 48 horas, pero la salida de Rosa se ha visto eclipsada por el abandono de Julián Contreras. De nuevo le quitaban el protagonismo. ¿Ni eso ha podido tener la Benito? Ni eso. Pero no busquemos culpables. Hay veces que las cosas vienen rodadas, y otras en las que todo viene en contra. En este reality le ha venido todo en contra, hasta su salida.
Belén Esteban, que ha sido de las más críticas con Rosa, realizó su ‘Belendicto’, es decir, valuó el paso de la expeluquera por GH VIP. Aseguró haberse sentido decepcionada, por eso le había dado tanta caña, se esperaba mucho de ella, en cambio, no ha tenido momentos de protagonismo y se ha visto como mera figuración de un reality en el que están dando acción contados personajes. ¿Es su culpa? No, pero quizás, ella, que ha ganado un concurso de estas características, y que trabaja en programas en los que se debaten estos shows de entretenimiento, debiera haber jugado mejor sus cartas. Pero no lo hizo. La audiencia se cansó de que pasaran semanas y de que Benito estuviera, pero no estuviera, la nominaron y, además, la echaron. Tan sencillo como eso. Ha puntuado su paso por la casa con un 4 pelado.
Por su parte, Julián fue el verdadero protagonista de la noche. El joven comenzó su intervención quitando a Carlos cualquier responsabilidad de su salida. Él no lleva bien estas situaciones de “extrema virulencia”, como las llama, y considera que ha hecho muy bien en abandonar el concurso. No le gusta pelear por pelear, y mucho menos hacerlo en los términos a los que se estaba llegando.
Julián confirmó que sus hermanos no se habían interesado por él, pero se emocionó al ver cuánto lo echaban de menos sus amigos, Laura estaba rota de dolor, Belén calificaba su ausencia “como cuando falta el papá en una casa”, Rappel lo seguía defendiendo y Sema era el que estaba más contrariado de todos. “No he podido abrazar a mi bebé”, se lamentaba. Y también se autoflagelaba diciendo que era un egoísta y que debió intermediar en la pelea entre Julián y Carlos defendiendo a su amigo, pero que no lo hizo por cobardía. El pobre lloraba desconsolado en el confesionario y a todos se nos partía un poco el corazón.
Ahora Julián ya está fuera, ha recuperado la serenidad que tanto necesitaba y está calmado. No se arrepiente de haber tomado la decisión que tomó y está feliz de ver el concurso como mero espectador. A lo Rosa Benito.