El Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco ha reunido este fin de semana en Montecarlo a buena parte de la familia Grimaldi. Y, sin duda, una de las que mejor se lo ha pasado es Beatrice Borromeo.
La guapa novia de Pierre Casiraghi llegaba de su mano al circuito urbano y, antes de que diera comienzo la carrera, la pareja tuvo tiempo de pasear entre los monoplazas que estaban recibiendo las últimas atenciones. Beatrice parece compartir con su chico su afición por los coches. Cabe recordar que hace tan solo unas semanas, Pierre debutaba como piloto de Fórmula 1 en la VW Scirocco R Cup, heredando la pasión de su fallecido padre por las carreras automovilísicas.
Sin duda, Beatrice pareció disfrutar mucho más de la jornada que su cuñada Charlene, que permaneció en un segundo plano mientras su esposo, el príncipe Alberto, entregaba el premio al vencedor, el piloto alemán Nico Rosberg tras una carrera en la que el español Fernando Alonso quedó cuarto.
Por la noche los cuatro acudieron a la cena que los príncipes ofrecían a los participantes en el Sporting Club de Montecarlo. Para la ocasión, Charlene cambió el ajustado vestido blanco y rojo (los colores de la bandera de Mónaco, por cierto) del día por un diseño en fucsia con una generosa abertura lateral y asimétrico en los hombros, exactamente del mismo tono que su barra de labios, y un peinado más clásico, con el cabello ondulado.
Beatrice también reapareció muy elegante, con un dulce vestido de estampado floral en blanco y rosa.
Junto a ellos llegaron al Sporting Club Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, los únicos que fallaron por la mañana durante la celebración de la carrera, esa misma mañana. La nuera de Carolina de Mónaco, fiel a su estilo, optó por un amplio vestido de gasa en tono turquesa y dejó suelta su larga melena morena.