Dabiz Muñoz está viviendo una época muy dulce. Por un lado, su carrera profesional va viento en popa con sus restaurantes. DiverXO, StreetXO, GoXO y RabioXO siguen ofreciendo propuestas culinarias únicas y diferentes que hacen las delicias de sus comensales. Una calidad y creatividad que le permitió ganar dos veces consecutivas el título de mejor cocinero del mundo por The Best Chef Awards. Un éxito que ha logrado trabajando mucho y poniendo pasión a cada paso de este camino.
Precisamente, 'UniverXO Dabiz', documental de Netflix y WelinkStudios que ha estrenado hace apenas unas semanas, explica cómo ha sido su trayectoria, todo lo que ha tenido que sacrificar y cuál es el futuro de sus locales. "Llevo 18 años dedicados solamente a DiverXO, y después de 18 años no sé si eso sigue teniendo tanto sentido o si me apetece cambiar un poco de enfoque vital", se le oye reflexionar.
En este proyecto audiovisual no solo podemos ver la faceta laboral de Dabiz, sino también quién es fuera de sus restaurantes y las personas que más le apoyan. La primera que nos viene a la cabeza es, sin duda, Cristina Pedroche. La presentadora y el chef han dejado claro que su historia de amor es una de las más fuertes y profundas del panorama social.
Ambos se sostienen en los peores momentos y no dudan en mostrar el gran orgullo que sienten ante los logros del otro. Una relación que puso su broche de oro con el nacimiento de su primera hija, Laia, y que ahora multiplicará ese sentimientocon la llegada de su segundo bebé. Pero su pareja no es la única. Dabiz cuenta con una red familiar muy sólida formada, principalmente, por sus padres, Agustín Muñoz y Rosa Rosilla, y su hermano, Jorge.
Agustín y Rosa, los padres de Dabiz Muñoz que le ayudaron en sus inicios
Es inevitable que cuando una persona alcanza un nivel de fama como Dabiz Muñoz, el interés por su vida personal crezca. Su vida sentimental no es ningún secreto, ya que tanto el chef como la colaboradora no han dudado en dedicarse palabras de amor y admiración en redes sociales. Pero, ¿Quién es la familia del cocinero? Para empezar, Agustín y Rosa, los padres del chef, crecieron en La Elipa, un barrio de clase trabajadora de Madrid.
Mientras ella era ama de casa, él trabajó toda su vida en una aseguradora automovilística. Unas profesiones discretas y la mar de normales que hacen que la gran fama de su hijo llegue a abrumarles un poco. Eso sí, como bien dice Dabiz en el documental, "siempre me han apoyado mucho". Y es que desde muy pequeño, Muñoz mostró su pasión por la cocina. "Era un bicho. Me ayudaba a hacer croquetas aunque se comía la mitad de la masa, o me decía que echara perdiz a la fabada", cuenta su madre en el documental.
El punto de inflexión llegaría unos años más tarde. Agustín reconoce que disfrutaban mucho de comer en restaurantes, algo que fue clave para que Dabiz se interesara por los sabores, texturas y olores. Todo cambio cuando lo llevaron a Viridiana, del chef Abraham García. "Le pidió la receta de su paté para hacerla en casa. Abraham era su ídolo", comenta su progenitor.
Esta creatividad fue aumentado a medida que iba creciendo y sus padres se convirtieron en las primeras personas que probaron las creaciones de Dabiz. "Con doce años me compraba libros de cocina y preparaba guarradas", reveló en el programa ‘El Novato’ de Joaquín Sánchez en 'Antena 3'. ¿Cómo qué? Pues un pastel de calamar, sin ir más lejos, que tuvo que hacer sin usar el fuego. "Era un chicle incomible de calamar", recordaba, entre risas. Y, aún así, sus padres se lo comieron y aseguraron que estaba riquísimo.
Es por eso que cuando Dabiz quiso abrir su primer restaurante, sus padres sabían que no era ningún capricho. De ahí que no dudaron en ayudarle en iniciar esta empresa a pesar de que suponía un gran esfuerzo económico. "Teníamos el piso de arriba y lo vendimos", señala Rosa en el documental. Una decisión que, aunque difícil en su momento, permitió a su hijo desarrollar todo su talento.
Este apoyo continúa a día de hoy, pero de diferente forma. Tanto es así que se negaron a ir de gratis a uno de sus restaurantes. "El año pasado los invité por su aniversario y no sabes el pollo que me montó mi madre. Ya le dije: 'Mira, mamá, una y no más'. Y ella: 'Es que no puede ser. Si lo llego a saber no vengo. No volvemos más. ¿Si me invitas qué negocio haces?'", ha explicado el chef.