La necesidad obró el milagro. Corría el año 2009. Los realities reinaban entre el público y las cadenas lo sabían. Ya teníamos una larga experiencia a las espaldas. Un puñado de rostros conocidísimos que se encontraban sin un hueco concreto se unían para darle forma a un espacio que prometía llenar las noches de los insomnes espectadores. Por aquel momento, la canción que interpretó una joven Bibiana Fernández volvía a ser un himno. “Por favor, sálvame”, entonaba la actriz. Fue idea más que suficiente para crear el germen de lo que terminaría siendo el espacio que lograba cambiar la televisión. 'Sálvame' ha hecho historia y es absurdo negarlo. También descalificarlo. Así comenzaba el relato que termina este próximo viernes. Se cierra el telón. Fin. Finito. The end.
Sálvame fue, en sus inicios, el 'Tomate', también fue 'Crónicas', tuvo un aire al 'Missisipi', fue 'A tu lado', fue 'Gran hermano' y fue, sobre todo, 'Supervivientes'. O algo parecido a todo esto. Lo que llegaba a la pantalla como una prolongación algo gamberra de las galas de los realities acababa cogiendo tanta entidad propia que se convertía en una apuesta. ¿Quién podía haber imaginado que aquel late nigh acabaría no solo vertebrando la programación de una de las grandes cadenas del país, sino incluso modulando el vocabulario y los comportamientos de la gente? 'Sálvame' ha sido televisión y mucho más. Lo sigue siendo, de hecho. Sálvame es hoy pero también es futuro, por mucho que parezca que el final llega este 23 de junio.
Sálvame: del late night a ser el rey de la televisión
Los rostros que se unían a aquel primigenio 'Sálvame' venían con la mochila cargada. Eran familiares para el espectador, habían protagonizado momentos históricos de la televisión y, sí, también estaban en horas bajas. Aquello no era lo de ahora. Los bailes de presentadores y cadenas y un poso de gravedad que había terminado con 'Crónicas marcianas' y todo su universo todavía flotaban en el ambiente. Era complicado reunir a personajes que habían sido tan potentes y dotarles de novedad y aire fresco. Pero ocurrió. De la mano de 'Supervivientes', la maquinaria se iba engrasando hasta terminar teniendo entidad propia.
La audiencia acompañaba jueves tras jueves a esta primigenia edición de 'Sálvame'. Cuentan los datos que casi un millón de espectadores asistió al nacimiento del programa. ¿Su éxito? Aprovechar los mínimos recursos para generar tramas sin parar. Tal fue el boom que la cadena no tardó en encargarles un versión de sobremesa para comentar las tramas de Supervivientes y también de 'Operación triunfo'. Aquel fue el inicio de todo. Poco a poco, los colaboradores comenzaron a ser protagonistas y no tertulianos. El corazón encontraba una nueva forma de abordarlo, mucho más cercana a 'Aquí hay tomate' y alejada del, entonces, todo poderoso 'DEC'. Con la mira puesta en arrebatarle la hegemonía a Antena 3, Telecinco cambió la versión nocturna para crear el 'Deluxe'. Todavía deben estar preguntándose cómo pudo pasar.
La guerra entre 'DEC' y el 'Deluxe' tuvo un claro vencedor. La crónica social de entrevista encorsetada desaparecía en favor de los cara a cara, de la improvisación estudiada y del show sin remordimientos. Chelo García-Cortés era la primera en abandonar el barco y fichar por el programa de Telecinco. Allí se daba de bruces con la realidad. La dirección sacaba el minutado para cronometrar los escasos minutos en los que la periodista abría la boca en el programa. Chelo era ya una trama sin necesidad de hablar de nadie. Y así ha seguido siendo.
De Belén Esteban a María Patiño: la fábrica 'Sálvame' de personajes
'Sálvame' ha logrado hacer, durante estos catorce años, el todo con casi nada. Se trata de un programa considerablemente económico capaz de rellenar dos franjas cada día, duplicarlo en fin de semana y lograr arrastrar a los demás espacios de la cadena. Mientras Antena 3 apostaba por un modelo compartimentado, pensado para que si un producto fallara que no cayese la tarde entera, Telecinco lo daba todo a 'Sálvame'. Un éxito que ha durado casi quince años. El programa se renovaba cada poco tiempo, introduciendo nuevos rostros, fichando personajes inimaginables.
Paz Padilla aparecía como becaria de Jorge Javier para hacerse cargo de los viernes. La humorista daba un salto gigantesco del que ha terminado arrepintiéndose con los años. Para liberar al presentador titular de su doblete con el diario y el 'Deluxe', Padilla se quedaba al mando de los colaboradores. Iniciaba una constante que ha durado años. ¿Quién no se ha lanzado a presentar 'Sálvame' en algún momento dado? Terelu Campos, María Patiño, Núria Marín, David Valldeperas, Carlota Corredera, Adela González y casi todos los colaboradores del programa han llevado el timón. Y funcionaba.
Con 'Sálvame' hemos ido a Eurovision de la mano de Karmele Marchante, hemos visto a Belén Esteban presentando los ojos de Belén, hemos quemado alianzas con Rosa Benito, hemos inventado un vocabulario nuevo, hemos subido al pulpillo y hablado de casa de lucecitas, de agua con misterio y de deslealtades. Por su plató han pasado rostros clásicos del periodismo y nuevos contertulios. Formar parte del equipo del espacio era el salto que casi todo el mundo estaba esperando. Y nadie como las mentes pensantes del programa para terminar llevándolo a su terreno.
De los Pantoja a los Mohedano: las sagas que han vivido de 'Sálvame'
Si algo pueden tener claro muchos de los famosos que, a día de hoy, pueblan el panorama social es que sin 'Sálvame' todo hubiese sido más complicado. Desde el plató más famoso de Telecinco hemos visto a Isabel Pantoja salir de la cárcel y fichar por Supervivientes, hemos visto a Kiko Rivera destapar la herencia envenenada, a Anabel Pantoja dejar la timidez y convertirse en personaje y luego en influencer, a Isa Pantoja cumplir 18, ser madre, romper con sus parejas y hasta planear su boda. Los Pantoja han odiado 'Sálvame' tanto como lo han necesitado. Su historia no sería ahora la misma sin sus intervenciones históricas. ¿Quién pudo hacer otra cosa mientras Jorge Javier se dirigía a Isabel Pantoja -que no Maribel- desde el pulpillo de 'Sálvame'?
No han sido, eso sí, los únicos. En 'Sálvame' asistimos al día que, posiblemente, se cambió la televisión. Una música de tensión mientras las cámaras enfocaban a Antonio David habían pensado que algo estaba a punto de pasar. Se estrenaba la docuserie de Rocío Carrasco, algo que nunca nadie hubiese podido llegar a imaginar. Las bombas de 'Sálvame' no siempre eran tan impactantes pero cuando lo lograban, conquistaban cada una de las tertulias de los ciudadanos. Resulta difícil imaginar un programa que haya logrado influir tanto en las rutinas de la gente. Y durante tantos años.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel primer 'Sálvame' pero el peso que ha dejado es incalculable. Así rezaba la primera vez que Jorge Javier se dirigía a la audiencia desde la sobremesa de Telecinco: “Antes de ver lo que han hecho este fin de semana los nueve supervivientes, que aún están en Honduras, les presento a los cinco colaboradores que hoy están en Sálvame… Bienvenidos Belén Esteban, Kiko Hernández, Begoña Alonso, Karmele Marchante, y Jimmy Jiménez Arnau”. Arrancaban catorce años de hegemonía.
Jorge Javier Vázquez, el dueño del cortijo
Pero 'Sálvame' nunca hubiese sido 'Sálvame' sin Jorge Javier Vázquez. El presentador sacudía todos los prejuicios y la imagen de los conductores al uso y llevaba la profesión a otro punto. Su ironía, su rapidez, la forma de relacionarse con los colaboradores, todo era nuevo. Salir de plató, comer y merendar, dirigirse a los espectadores, hablar con la dirección, todo podía ocurrir en el plató de 'Sálvame'. De la mano de Jorge Javier llegaron los mejores momentos. Tanto es así que la cadena le confió sus grandes formatos, desde 'Gran Hermano' hasta 'Supervivientes'. Ya todo parecía antiguo si no lo presentaba Jorge Javier.
Cuesta imaginar que el presentador no estará en el día en que todo termine. Jorge Javier, de baja medica durante varias semanas, no parece que vaya a trasladarse hasta Mediaset el 23 de junio. Tampoco parece que lo esperen sus colaboradores aunque todos sueñan con que esto ocurra. No haría un final mejor que poder reunir a todos los que han formado parte de esta gran familia para despedirse del público. Y hacerlo todo justo en el día en el que se cumple el aniversario del fallecimiento de Mila Ximénez. Sin ella, ya nada fue lo mismo.