¿Quién le hubiese dicho a Isa Pantoja que acabaría casándose a los tres días de divorciarse? Claro que a sus 20 años, ha tenido más experiencias que casi cualquiera de su generación. La hija de la tonadillera, en un primer momento, se hizo la remolona para trasladarse hasta Honduras. No le apetecía mucho lo de ir con Alejandro Albalá en el mismo avión pero, a juzgar por los resultados, no le ha ido nada mal. De un plumazo, ha conseguido que su hermano Kiko le declare su amor fraternal en público, que su madre reaparezca en Supervivientes y que Alberto Isla se convierta en su nuevo marido...
En una barca y vestida de blanco. Así hizo acto de presencia Isa Pantoja en su propia boda garífuna. Supervivientes, aprovechando la inesperada petición de mano de Alberto Isla, decidió organizar la boda sin que nadie se lo pidiese. La emoción flotaba en el aire. ¡Qué diferencia con el reencuentro entre Alejandro Albalá y Sofía Suescun! Ni siquiera al ataque de desesperación de la concursante consiguió ablandar la frialdad del exmarido de Isa. Albalá tenía muy claro que lo suyo se había terminado y no cedió ni un milímetro. Tal vez conocer de la boda de su ex hizo que se mostrase todavía más firme.
Alberto, visiblemente más delgado, esperó a su prometida en el altar ante los ojos vigilantes de alguien muy especial: ¡Isabel Pantoja! La tonadillera regresó a Supervivientes en forma de cartón. ¿Un guiño para conseguir que levantase el teléfono? Ni el baile en el concierto de su hijo Kiko hizo que la cantante se animase a felicitar a su hija en directo. Isa y Alberto se juraron amor eterno, intercambiaron anillos y has sortearon parte de su tarta entre algunos afortunados -Raquel, Fernando, Francisco, Isabel y el Maestro Joao fueron los que pudieron degustar el postre-.
El bombazo llegó cuando, de repente, Kiko Rivera quiso dirigirse a su hermana y su cuñado desde casa. Por teléfono, el DJ les deseó todo el amor del mundo, le pidió a Alberto que cuidase a su hermana y reconoció que, pese a las peleas, la quiere mucho y siempre será su hermana. “La familia es lo más importante”, terminó afirmando. Isa y Alberto tenían por delante una noche de bodas tropical antes de despedirse. La exsuperviviente, muy emocionada, no se despegaba de su marido garífuna. Parece que, de momento, esta segunda boda ha ido mejor que la primera...