Durante la última semana ha sido la mujer más perseguida de este país. Reside en Miami, aunque las últimas informaciones la ubican en Napples, a 200 kilómetros al sur de la citada ciudad, en casa de su hermano Emilio. Arantxa Sánchez Vicario, por fin, ha hablado –de forma absolutamente gratuita– a un equipo de 'Sábado Deluxe'. Ella apenas ha dicho dos frases por su boca y ha sido su abogado el que ha dado la versión de su clienta. El encuentro con la extenista y su abogado se produjo el viernes y, a lo largo de tres horas, estuvieron resolviendo dudas y pensando estrategias ante el, aparentemente, tortuoso divorcio que se le presenta a la pequeña de los Sánchez Vicario.
La crisis matrimonial entre Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se habría producido hace algo más de un año, a raíz de las sospechas sobre las infidelidades del empresario. La extenista se había distanciado de su familia, incluso les llevó a los tribunales, por apostar fuertemente por su marido ante las muchísimas advertencias de que él era un sinvergüenza que solo buscaba aprovecharse de ella y arruinarla, algo que se ha producido diez años después de su boda.
Tras conocerse que Santacana la había abandonado y se había llevado prácticamente todo su patrimonio, Arantxa se ha reconciliado con su madre y con sus hermanos. Con Emilio llevaba algún tiempo relacionándose y, según parece, ya pasó las fiestas navideñas con él, su mujer y sus hijos. A principios de enero, y con la demanda de divorcio interpuesta por Santacana, Arantxa llamó llorando a su hermano que la acogió en su domicilio con sus dos hijos, Arantxa, de nueve años, y Leo, de seis.
Santacana va a pedir la custodia compartida de sus hijos, pues parece que lleva más de un mes sin poder verlos. Según el abogado de Arantxa, no va a haber ningún problema porque en Florida existe la 'paternidad compartida', a lo que su clienta no se va a oponer. El letrado afirmó que cuando tenga toda la documentación se buscará a un mediador y se tratará de llegar a un acuerdo de manera privada, sin ir a juicio. Además, sobre la pareja pesa una petición de cárcel, como medida cautelar, por un aval que solicitaron al Banco de Luxemburgo para pagar a Hacienda. Esa deuda asciende ya a 7 millones de euros, un tercio de los cuales serían intereses.
Muchos frentes son los que se tiene que enfrentar Arantxa en los próximos meses. El más importante, sin duda, sus hijos. Y después, todo lo que concierne a su dinero. ¿Logrará Arantxa recuperar lo que es suyo?