La noticia de la separación de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana ha sorprendido a algunos, pero no tanto a otros. Quienes nunca confiaron en el talante del supuesto empresario –nadie sabe exactamente en qué trabaja–, como la familia de la extenista, piensan que es la crónica de una ruptura anunciada. Otros, en cambio, pensaban que la fuerte apuesta que Arantxa hizo por el hombre del que se había enamorado profundamente sería suficiente para que el matrimonio siguiera adelante contra viento y marea. Desde luego, estaban equivocados.
Arantxa no se ha manifestado públicamente desde que saltara la noticia, pero su entorno ha asegurado que la extenista se encuentra "destrozada", puesto que sigue totalmente enamorada de su marido. Según parece, llevaban dos años haciendo vidas separadas, pero ella no aceptaba esta nueva situación. Ha sido cuando Santacana, finalmente, ha decidido abandonar el ático que compartían en Miami y se ha ido a vivir con la mujer con la que lleva saliendo desde hace unos meses. Según las primeras informaciones, Santacana se llevó todo lo que había en el piso, incluyendo los trofeos que Arantxa ganó en su vida deportiva, así como todo el dinero de ella.
Parece que la noticia ha trascendido a partir de que Santacana ha decidido pedir en un juzgado de Miami-Dade la custodia de los dos hijos de la pareja, Arantxa, de nueve años, y Leo, de siete. El argumento dado por Santacana sería que su mujer no se encontraría en óptimas condiciones para ocuparse de los niños.
Familiares de Josep Santacana sí se ha manifestado al respecto de esta ruptura matrimonial. Como es normal, defienden a Josep y desmienten rotundamente que Santacana se haya apoderado de todo el dinero de Arantxa. Si esto es así, la extenista no estaría arruinada o, al menos, no lo estaría por ese motivo.