Anabel Pantoja, tras los pasos de su novio David Rodríguez: una polémica vuelta al trabajo severamente juzgada

Cuando David Rodríguez volvió a Córdoba para ejercer su profesión, fisioterapeuta, todo fueron vítores y aplausos. Ahí iba un hombre responsable con su carrera. Un padre sufridor que se veía obligado a alejarse de su bebé y de su mujer para cumplir con su deber. El 10 de febrero, el experto en musculatura regresaba a su puesto en una de las mejores clínicas de la ciudad y retomaba su agenda. De manera paralela, y casi sin que nos diésemos cuenta, Anabel Pantoja hacía exactamente lo mismo, pero todo el mundo ponía el grito en el cielo. 

Y es que la profesión de Anabel no se lleva a cabo en una oficina. Lo suyo es mucho más abstracto. El trabajo de influencer es complicado para ser explicado, pues pocos entienden qué requiere y qué implica. Si la sobrina de Isabel sube unas stories del plato que está cocinando ese día, la madre de una bebé de dos meses está cumpliendo con su obligación laboral. Por muy extraño que esto nos parezca.

Un trabajo que poca gente entiende

“Su trabajo es contar su vida en redes sociales”, aseguraba la periodista Sandra Aladro, hace unos días, en ‘Vamos a ver’; defendiendo el derecho de Anabel de pormenorizar su rutina en Instagram. No lo hace solo por exponerse en un afán de mostrarse al mundo, lo hace porque necesita volver a crear contenido para sus seguidores. 

Los influencers actúan como medios de entretenimiento en sí mismos. Estos ya no necesitan de una cadena que confíe en ellos, estos generan su propia parrilla y, sobre esta, muestran aquello que quieren contar. En el caso de Anabel Pantoja va desde sus productos favoritos para el cuidado de su bebé (ya ha empezado a mencionar a sus marcas preferidas, puesto que estas le han regalado algunos artículos), recetas, sus planes junto a su chico y su bebé… o detalles de su niñez. 

Para que su contenido sea lo más orgánico posible, algo que valoran no solo los usuarios, sino también las marcas, Anabel Pantoja debe compartir instantes de su vida privada. La gente que se acerca a sus redes sociales quiere conocerla en profundidad porque les interesa, les cae simpática o porque, de tanto verla en la televisión, se ha convertido en una más de su familia. No quieren ver una sucesión de anuncios. Para eso, ya tienen la Teletienda. Por tanto, si desea que esto no ocurra, la influencer debe generar contenido e interacciones con sus seguidores, pues ahí radica el éxito o no de sus campañas de publicidad. 

El detalle de la 'jefa' de Anabel Pantoja

Sabemos que Anabel Pantoja ha retomado su rutina laboral no solo porque ella nos la muestra, sino porque su ‘jefa’, Anna Pascual, la directora de InManagement, su agencia de representación, le envió un ramo de flores la semana pasada. Con este gesto parecía darle la bienvenida a su regreso, tras el fin de la baja de maternidad. La influencer colgó este detalle de lo más agradecida por el apoyo que le brindaba la madre de Dulceida, fundadora de la empresa. Fue un gesto que pasó inadvertido, pero que, sin duda, marcó su vuelta a la normalidad.

Ella ya lo advirtió. Poco a poco iba a retomar su vida. Cuando lo anunció a la prensa, este comunicado también llevaba implícito una vuelta al trabajo. Tanto de David, como de ella. A los cuatro días de hacerlo público, Rodríguez cogía un avión para ver a sus primeros pacientes post baja de paternidad y ella empezaba a hacer lo mismo con sus storis y sus posts para Instagram. 

Lo llamativo de todo esto es que, pese a que la mayoría de las personas han entendido que el fisioterapeuta retome su agenda, no han sido igual de comprensivos con la carrera a de Anabel. Los hay que comparten la misma visión que Sandra Aladro y que apuntan a que la influencer solo está cumpliendo con su trabajo; pero también los hay que opinan lo contrario. Estos no entienden el empeño de la sevillana de mostrar su lado más íntimo, sin prestar atención a la gravedad de sus circunstancias y aludiendo a que, quizás, se expone demasiado. 

Opiniones divididas

Ana Rosa Quintana piensa que, quizás, esta manera de mostrarse en redes no la está beneficiando. No tanto por ella, sino por cómo se comporta la gente en este medio. “En las redes sociales se critica todo ¿Por qué no puede la pareja ir a las fiestas del pueblo? Esas imágenes, si no estuvieran en una investigación, no habría pasado nada (...)”, argumentaba el 17 de febrero en el programa que lleva su nombre. 

Pantoja parece decidida a seguir con la vida tal y como era antes de que el 9 de enero esta diera el peor frenazo. Ese día, su pequeña fue ingresada y toda su existencia se puso en pausa. La niña tardó 18 días en recibir el alta. Durante este tiempo en el hospital, a la menor se la sometió a toda clase de exámenes médicos que buscaban esclarecer la verdad sobre qué había motivado su ingreso. Las autoridades abrieron una investigación para esclarecer qué ocurrió con esta y sus progenitores, de un modo totalmente protocolario, están siendo investigados por la justicia. 

Demostrar esta normalidad en redes no es solo retomar el trabajo, no. También es gritar al mundo entero que están tranquilos, que, como no han hecho nada malo ni que les preocupe, pretenden seguir adelante. Un comportamiento que no es respetado por todo el mundo y que les está valiendo algunas de las críticas más injustas y dolorosas. Como también les ha dicho Ana Rosa, "ellos valorarán si esta exposición les compensa o no".