Anabel Pantoja lleva varios meses que no levanta cabeza a nivel personal. Tras la muerte de su abuela dos días antes de su boda y su ruptura matrimonial con Omar Sánchez, a los cuatro meses del enlace en La Graciosa, se une la honda preocupación por la hospitalización de su padre, Bernardo Pantoja, que lleva dos semanas ingresado en el hospital Virgen del Rocío, en Sevilla. Anabel, nada más enterarse del empeoramiento del estado de salud de su padre, voló desde Gran Canaria hasta Sevilla para estar al lado de Bernardo Pantoja.
Desde el sábado a mediodía, Anabel no se ha separado de su padre. Solo sale del centro sanitario para tomar un poco el aire y chequear su móvil. El viernes por la tarde, Kiko Rivera, con muletas por su ataque de gota, también visitó a su tío, lo que da muestras del delicado estado de Bernardo Pantoja. Siguen sin aparecer por el hospital ninguno de los hermanos de Bernardo. Ni Isabel Pantoja ni Juan ni Agustín se han acercado a ver a Bernardo.
El móvil está siendo de gran ayuda para Anabel, pues la acompaña en las siempre tediosas horas de hospital cuando parece que las horas no pasan nunca o lo hacen muy despacio. Vestida con un chandal 'oversize' negro y deportivas blancas, Anabel ha compartido una imagen sentada en el suelo en uno de los pasillos, una imagen muy alejada de aquellas a las que nos tiene acostumbrados en Instagram. Y es que la situación es muy distinta, dura y difícil, que la influencer está intentando llevar lo mejor posible.
El domingo, Anabel dejó por unas horas el hospital después de haber pasado toda la noche junto a la cama de su padre. Las restricciones sanitarias solo permiten un acompañante en la habitación, de modo que Anabel se iba turnando con Junco, la pareja de su padre.
Anabel también ha aprovechado para agradecer a sus seguidores –tiene 1,6 millones en Instagram– las muestras de cariño hacia su padre y hacia ella: "Gracias a todos por vuestros mensajes y esa preocupación por mi padre y también por mí. Os queremos".