Si quedaba alguna duda, ella las ha aclarado dando una lección que ha callado bocas. Anabel Pantoja, con su emocionante discurso durante su boda, ha hablado sobre amor, sacrificio, familia y sentirse respetada. Se lo debía a Omar Sánchez, se lo debía a su abuela Ana, a su tía Isabel Pantoja, pero, sobre todo, se lo debía a ella misma.
“Escribí algo antes de esta semana, pero desde entonces se han roto muchas cosas…”, empezaba diciendo Anabel Pantoja en su lectura. Sus palabras sonaban emocionadas pero, a la vez, tremendamente fuertes y seguras. Escucharla resultaba estremecedor a la vez que empoderante. La novia ha agradecido a sus invitados el enorme esfuerzo que han hecho, ha sido consciente de él desde el minuto uno. Muchos le criticaron que escogiera Canarias para casarse, pues se lo ponía difícil a muchos de los que acudirían a ella. “El hecho de que estéis aquí me demuestra muchísimo, pero quería hacerlo así porque te lo mereces”; le ha dicho a Omar Sánchez, su ya marido. Ella ha destacado que, cuando primero se habló de boda y se dijo de hacerla en Sevilla, él no puso ningún obstáculo, así que ahora ella le quería compensar, pero también quería tener un gesto de agradecimiento con la tierra que la acogido y que la ha hecho sentir como en casa y, por supuesto, a esa familia que desde el minuto uno la ha acogido y abrazado. “Te merecías que estuviera aquí”, le ha dicho, “aquí me siento querida, siento que me valoras cada día (…) Gracias por todo lo que me haces sentir. Tú me haces sentir la mujer más guapa, la que está más buena y a la que más amas y eso nadie me lo había hecho sentir”.
Ella, que dice que siempre será sevillana y trianera, al lado de Omar Sánchez ha conocido una nueva vida que jamás pensó que llevaría. Anabel Pantoja ha recordado toooodas las vicisitudes por las que han pasado hasta llegar al gran día: una pandemia, la rotura de su pie, el volcán… tantas y tantas que llegaron a pensar que no se verían casados y teniendo la gran fiesta que siempre desearon.
Por supuesto, y dada la cercanía de su partida, Anabel Pantoja también ha tenido un sentido (y divertido) recuerdo para su abuela Ana, que murió hace solo tres días. “A ella le habría encantado verme vestida de blanco y delgada, así que me imagino que me estará viendo muy guapa”, ha reído. Minutos antes, nada más llegar al banco de los novios, ha besado la pulsera con la que salió de Cantora y que era de su abuela, un recuerdo que su tía Isabel Pantoja quiso que tuviera de cara a su gran día.
Ha tenido palabras para invitadas tan especiales como Belén Esteban y Raquel Bollo, “no sois amigas, sois parte de la familia. Lo habéis demostrado”. Una mención que ha resultado llamativa en un discurso de boda pero que, dadas las circunstancias excepcionales de las de Anabel Pantoja se pueden entender. Además, su ceremonia, sus normas. Así que sí a ella le ha parecido perfecto, a nosotros también.