Hace tan solo unos días que desde Lecturas nos preguntábamos qué era de Ana Soria (24 años) y Enrique Ponce (51 años). La pareja llevaba meses sin hacer ningún tipo de aparición pública ni había compartido ninguna foto en redes sociales hasta esta Navidad, pero parece que nuestro artículo les ha hecho reaccionar. Mientras contamos que Paloma Cuevas y Luis Miguel cada vez se exponían más e incluso la modelo se atrevía a compartir sus canciones en redes sociales, el torero y su novia se habían blindado. Habían desaparecido. Sería muy pretencioso aseguran que fueron nuestras palabras, pero lo cierto es que de un día para otro tomaron la decisión de dejarse ver en una instantánea de estos días en familia.
Ha sido la propia Ana, quien también compartió una fotografía agarrando una gran botella de ron, la que ha subido la estampa junto a Enrique y la familia. En ella se puede ver cómo todos sonríen para la ocasión y posan felices con algún complemento navideño (con un gorrito de Papá Noel). La estudiante de Derecho decidió para este momento por un traje de color blanco y cuello alto que le sentaba como un guante y que acompañaba con un gran cinturón beige. Por su parte, el torero iba con un polo color nude y unos chinos oscuros. Elegante pero informal. Junto a ellos la familia de la joven también se lo pasa en grande en lo que parece el salón de una casa, adornada con la estrella que viaja a Belén (que parece verse iluminado al fondo) para ver el nacimiento de Jesús. Sin duda una postal muy acorde a estas fechas.
Con esta fotografía el torero y su novia callan las bocas de todos aquellos que podrían imaginar que pasaban por alguna crisis. Y es que la pareja llevaba meses sin publicar nada. La anterior vez que pudimos ver a Ana y Enrique juntos fue el pasado agosto. El torero y su novia acababan de celebrar su tercer año juntos y para celebrarlo organizaron una cita inolvidable en alta mar. Gracias a sus perfiles de Instagram sus seguidores y los periodistas pudimos ver algunos detalles de lo que fue aquella velada bajo el sol de Almería en la que no faltó la aventura, el deporte y mucho amor. "Velocidad cero", así tituló Soria unas imágenes en las que resumía lo que fue ese precioso momento solo para dos (o tres) y es que la pareja se llevó consigo a su mascota, un pequeño teckel que adoptaron hace un año y medio. Sin duda, una forma de reflejar que en recuerdos tan felices como este le gustaría parar el tiempo.
Ana Soria y Enrique se abren en canal
El pasado mayo Ana Soria se sinceró como nunca en su primera entrevista en televisión. Pero no estaba sola. Por supuesto le acompañó el torero, que también habló sobre sus sentimientos hacia la joven. "Es la mujer de la que estoy enamorado locamente. Por muchísimas cualidades humanas que ella tiene y que podría estar enumerando aquí, pero hay una que sobresale y es el corazón tan grande que tiene, es buena persona de verdad", dijo el diestro. "Es muy fuerte, tiene una gran fortaleza y ha sabido soportar muy bien todas las injurias y calumnias, le han juzgado por el mero hecho de haberse enamorado de mí y todavía le quiero más", añadió.
"Tenía ganas de que la gente pudiera conocerme, que sepan como soy realmente. Nadie me conoce o al menos nadie que haya opinado públicamente sobre mí lo han hecho conociéndome. Desde que empezamos la relación la prensa nos ha dado mucha caña y no hemos entrado en nada. Hemos intentado llevar la relación con la máxima discreción pero no lo eliges. Cuando me enamoro paso a ser alguien conocida pero sin que me conozcan realmente", expresó Ana, que tuvo que templar los nervios para confesarse con Pablo Motos. La joven andaluza reconoció que tuvo que pedir ayuda profesional e ir a terapia. "He aguantado mucho, hemos aguantado mucho. Han sido tres años escuchando cosas que no son justas porque somos personas con corazón y sentimientos. Tenía ganas de que la gente viera que soy una chica normal y con sentimientos y que la gente me conozca por lo que ha salido de mi boca, me parecía el sitio ideal", explicó emocionada.