Ana María Aldón, rotunda, tras sus sorprendentes declaraciones: "¿Tengo que pedir permiso?"

Ana María Aldón afronta con naturalidad su día a día ajena a lo que pueda pensar o no José Ortega Cano

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Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

Ana María Aldón no piensa dar un paso atrás y el fin de su matrimonio con José Ortega Cano es un hecho. Este miércoles, la diseñadora se sinceraba con Emma García en 'Fiesta' y reaccionaba a la polémica entrevista del torero. Para la protagonista lo sucedido en el plató de 'El Programa de AR' fue “una falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, y hubo momentos en los que sentí vergüenza y bochorno".

Aunque reconoce que actualmente mantienen una relación "cordial" con José Ortega Cano por el bienestar de su hijo, es consciente de que es una situación que no podrá alargar durante mucho tiempo: "No hay reconciliación, pero hay que solucionar otras cosas, fundamentalmente sobre nuestro hijo (...) Lo mejor que puede pasar es que cada uno tome su camino", explicaba. Lejos de quedarse ahí, Ana María iba más allá y hacía público su deseo de ser madre SOLA.

Cuando todavía colean sus sorprendentes declaraciones, Ana María ha sido captada por las cámaras mientras visitaba un centro comercial cercano a su casa. El destino ha querido que la diseñadora pasara por un cartel donde se anunciaba una clínica de fecundación in vitro y ella sonreía ante semejante coincidencia. La reacción de la colaboradora de televisión no se hacía esperar, nuevas palabras que dejan patente que ya no le rinde cuentas a nadie y que la comunicación con su todavía marido es nula: "¿Tengo que pedir permiso también?", exclamaba. ¡Dale al PLAY!

¿Por qué no abandona la casa familiar?

Una de las preguntas a las que Ana María Aldón ha tenido que hacer frente en los últimos meses es el por qué no abandona la casa que comparte con José Ortega Cano si su matrimonio está roto. Más clara que nunca, la andaluza aclaraba en 'Fiesta' que la única razón es que no piensa separarse de su hijo: "No me voy porque no tengo dónde ir, mi casa está a 700 kilómetros. Es el hogar de mi hijo y el mío, no tengáis prisa. ¿Quién es nadie para sacarme de mi casa? No me tiene que poner nadie las maletas en la puerta", sentenciaba. El deseo más inmediato de Ana María es adquirir un piso en Madrid donde comenzar esta nueva etapa en solitario.