La tarde de este sábado ha comenzado en ‘Fiesta’ con un importante anuncio. Una de sus colaboradores se iba a enfrentar a la famosa línea de la vida, aquella por la que hacen un repaso de algunos de los momentos más sonados de su vida, entre los que hay bueno pero también malos. La que iba a tener que pasar por ese angustioso momento ha sido Ana María Aldón (45 años).
Había cuatro peldaños especialmente diseñados para ella. El primero de ellos hablaba de su infancia dolorosa, aquella en la que en anteriores ocasiones ya había contado algún episodio desagradable. El siguiente era la maternidad robada, donde ha hablado largo y tendido de su relación con su hija Gema, la cual está en un buen momento en la actualidad. El siguiente era el resurgir, donde más se ha explayado. Y el último era el más alegre, el de su tercer matrimonio.
Ana María Aldón se siente humillada en su matrimonio
En el momento en que ha hablado de su etapa de resurgir la colaboradora ha aprovechado para hablar largo y tendido de muchos aspectos desconocidos para la gran mayoría. Coincide además con la época en que decidió formar parte de ‘Supervivientes’, aquel concurso que le cambió la vida para siempre y del que se siente orgullosa de haber tomado esa gran decisión en el momento de su vida en que se encontraba.
“Tomo esa decisión porque todavía me quedaba amor propio”, comenzaba diciendo. La presentadora Emma García le comenta que no sabía que llegó a sentirse de esa manera. “No lo sabes ni tú ni nadie, solo lo sé yo”, confirmaba. “Fue una necesidad después de una humillación y como no me conocía nadie, yo decidí que había cosas que tenían que cambiar”, confesaba tratando de contener las lágrimas al recordar esos momentos dolorosos.
“Me llevó a tomar la decisión de irme y fui capaz de dejar aquí a familia. Mi madre tenía una edad que yo tenía que estar de alguna manera, ya que físicamente no podía”, desvelaba. Pero la colaboradora ha querido seguir dando más detalles de ese sentimiento. “Tenía esa necesidad, lo hice y no me arrepiento de nada. Yo era consciente de que me tenía que cambiar la vida”, hablaba con relación a la decisión que tomó.
La decisión que cambió la vida de Ana María Aldón
La gaditana decidió participar en el programa de supervivencia con la misión clara de que la gente la conociera, mucho más allá de ser la mujer del torero José Ortega Cano. Sin embargo, allí en Honduras comenzó su cambio de vida. Primero fue el pelo, ya que decidió cortárselo por una recompensa de comida. No obstante, nunca más ha vuelto a dejárselo largo, un dato significativo que no han pasado por alto en esta tarde de sábado.
Ana María llegaba a los Cayos Cochinos con muchos problemas a sus espaldas, tal y como ha revelado y fundamentalmente era en su época de casada con el torero, coincidiendo en fechas con lo que ha narrado. “Desde el año 2013 estuve tomando antidepresivos hasta que llegué a Supervivientes que el doctor llegó a quitármela poco a poco”, narraba. “Pero la vuelta a la realidad fue todavía más dura porque estábamos en pandemia, todo era un caos”, reflexiona sobre la complicada situación que se vivió de manera generalizada en el mundo.
Ana María Aldón, muy enamorada y feliz
La colaboradora ha querido dejar claro que esa etapa ya la ha sobrepasado y la ha superado, dejando claro que ahora vive uno de los momentos más felices de su vida. Hace tan solo unas semanas, su novio Eladio entraba en directo en el programa en el que colabora para pedirle matrimonio. La gaditana decía que sí y eso ha supuesto comentarios de todo tipo, como los enfrentamientos con su hija Gema. Afortunadamente, todo ha pasado y puede disfrutar de la noticia.
Por ello, en este último escalón de la línea de la vida a la que se ha sometido en su programa ha hablado de él y de este momento. “Me ha devuelto la alegría que pensaba que ya no tenía. Me ha dado muchas cosas. Me hace tan feliz y estoy tan segura…”, confesaba. En ese momento a la colaboradora se le cambiaba el rostro y pasaba de la más absoluta tristeza o la mayor de las alegrías.
“No es que esté solo enamorada, es que lo quiero todo con él. No imagináis cómo me trata, cómo me habla… todo el día. No me he sentido nunca tan valorada, tan querida, tan amada ni tan deseada”, revelaba. Así, se podía ver como una crítica a su anterior pareja por no haberla valorado y querido lo suficiente o, al menos, como ella piensa que se merecía.